Las extrañas luces verdes que un satélite chino proyectó sobre Hawái días antes del primer 'globo espía'
El telescopio Subaru del archipiélago captó el destello en la noche del pasado 28 de enero
Con la tensión entre EE.UU. y China en máximos por los supuestos globos espía, el gigante asiático no para de protagonizar incidentes extraños que se asemejan a los dirigibles observados en distintos puntos del continente americano a lo largo de las dos últimas semanas.
El último en salir a la luz tuvo lugar en Hawái el pasado 28 de enero –cinco días antes del primer globo identificado en el Estado de Montana– y, aunque en este caso parece confirmado que el aparato involucrado era realmente de carácter meteorológico, lo ocurrido hizo saltar de inmediato las alarmas, especialmente por las incógnitas sobre la naturaleza del suceso.
En el conticinio de la noche, el telescopio Subaru –situado en el pico más alto de Hawái, la cima del Maunakea–, captó una desconcertante cortina de líneas verdes brillantes que atravesaron el cielo oscuro durante poco más de un segundo.
¿Qué había sido aquello? La primera hipótesis –descartada de antemano la de una nave extraterrestre– apuntó a un satélite de la NASA. Concretamente al ICESat-2, el Satélite de Hielo, Nubes y Elevación Terrestre-2 de la agencia. Pero el equipo encargado del mismo enseguida negó la mayor y apuntó en otra dirección tras hacer algunas averiguaciones: el responsable había sido un satélite, sí, pero chino.
«El Dr. Álvaro Ivanoff y otros [miembros del equipo del ICESat-2], hicieron una simulación de la trayectoria de los satélites que tienen un instrumento similar y encontraron como candidato más probable el instrumento ACDL del satélite chino Daqi-1/AEMS», apuntó el Dr. Anthony J. Martino, responsable también del aparato estadounidense. Pero al contrario (o eso se sospecha) de los supuestos globos «meteorológicos» en territorio americano, este otro artefacto sí contaba con una función climática.
Sobre el Daqi-1
Lanzado en abril del año pasado, el Daqi-1/AEMS es, como el ICESat-2, un satélite de vigilancia del medio ambiente, ya que orbita alrededor de la Tierra para vigilar los niveles globales de carbono, así como la contaminación atmosférica. Y entre sus cinco instrumentos de captación de datos, hay uno, el ACDL, que se encarga de cartografiar una zona mediante el uso de rayos láser. He ahí, por tanto, la explicación al inquietante suceso.
«Daqi-1 puede monitorizar la contaminación por partículas finas, gases contaminantes como el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y el ozono, así como la concentración de dióxido de carbono», explica en un comunicado de prensa la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, artífices del Daqi-1. No estará solo: dicho ente planea además lanzar otro de funciones similares, el Daqi-2, con el mismo objetivo de ayudar a China a lograr la reducción de las emisiones de carbono.