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El oficial de reserva de la Armada Jorge Gómez

El oficial de reserva de la Armada Jorge GómezEl Debate

Submarino perdido  Jorge Gómez, oficial de la Armada: «Un sumergible como el del Titanic es una locura desde el primer momento»

El especialista en submarinos departe sobre el incidente en la redacción de El Debate

Jorge Gómez, oficial de reserva de la Armada, es especialista en submarinos, uno de los perfiles más demandados en los últimos días por los medios de comunicación para analizar el incidente del sumergible Titan, perdido cuando descendía al pecio del Titanic con cinco personas a bordo. Poco después, precisamente, de haber sido citado por una cadena de televisión para ese fin, ha visitado la redacción de El Debate, donde ha departido brevemente sobre el asunto.

–Hace pocos minutos han expirado oficialmente las 96 horas de soporte vital de las que disponía el sumergible. ¿Hay aún alguna posibilidad de final feliz?

–Yo creo que no, porque son cifras hipotéticas. Las 96 horas de oxígeno es algo que no se ha probado nunca. Podemos estar hablando de 96 o de muchas menos. Ese sería el limite y las posibilidades son muy remotas, y es de las cuestiones en las que uno prefiere equivocarse. Hay muy pocos elementos favorables: jugamos con el oxígeno, y si está en el fondo del mar jugamos también con las temperaturas. A 3.500 metros estás a -4 o -5 grados. Y eso sin energía, porque si se ha ido al fondo será porque no tiene modo de salir, no tiene energía. Eso es como un frigorífico. También incidiría en las 96 horas de duración, porque tu respiración no es la misma cuando estás a temperatura normal que cuando estas sometido al frío: tu temperatura y respiración es mucho mas agitada. El dominar o no la situación, los nervios, el hecho de consumir más oxigeno…

–¿Qué le parece una oferta turística como esta?

–Me parece una excentricidad de millonarios, y no sé hasta qué punto debería regularse. ¿Es lícito? Sí, es su dinero, se lo pueden gastar en lo que quieran. Ellos firman un acuerdo para eximir de responsabilidades a la empresa en el que les notifican que es un sumergible experimental que no ha pasado las pruebas técnicas que pasan los sumergibles que ya están en servicio. Al final ser muy rico es ser muy excéntrico: cuando eres rico tienes de todo, y es por eso que quieres hacer o tener cosas que nadie más tiene. «He bajado a ver el Titanic y tú no». Sí, pero te has jugado la vida y en esta ocasión te ha salido mal. Y la empresa, también. Hay una guerra de información ahora mismo, porque, ¿quién va a montar en un submarino después de esto? La compañía está quebrada ya, pero además se están cubriendo para librarse de responsabilidades penales y de todo tipo.

–¿Baraja alguna hipótesis?

–Hay dos líneas esenciales: por un lado, la pérdida de energía, porque si estoy a 1.500 metros de profundidad y pierdo las comunicaciones y la energía el submarino debe ir dotado de sistemas de emergencia para emerger. Si no lo ha hecho, es porque algo grave ha ocurrido. Hay también que explicar cómo funciona un submarino: tú tienes que vencer el empuje para que te puedas sumergir. Esto en un submarino se hace con unos lastres que en superficie están llenos de aire y le dan flotabilidad positiva. Yo para vencer el empuje tengo que ganar peso, ¿cómo lo hago? Vacío el aire y lo lleno de agua. Gano peso y me hundo. ¿Y cómo salgo a la superficie? Insuflo aire a presión y desalojo el agua. De esa forma tengo menos peso y flotabilidad positiva. Estos sumergibles tienen eso, pero en unas condiciones un tanto deplorables. Si ha fallado el sistema eléctrico, no han podido insuflar aire tampoco y lo que hace es irse al fondo. Estamos hablando de 3.000 y pico metros. Lo más dramático es que hayan tenido un fallo estructural, es decir, una fisura. Si ha entrado agua, mueres en milisegundos, porque a 1.500 metros el agua entra a una presión profunda. Un submarino en el que van sentados, encogidos… es una locura todo desde el inicio.

–¿Algún aspecto mas que resaltar?

–Que determinadas cosas las deberían hacer profesionales y no aficionados. Probablemente si diseña un submarino un profesional tiene un coste mucho más elevado que el que tiene este. Aquí han jugado a ganar mucho dinero y diseñar un aparatejo con el que el excéntrico va a ver el Titanic. Pero les ha salido mal.

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