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Lago Crawford, en Canadá

Lago Crawford, en CanadáWikimedia Commons

Este lago canadiense podría ser la prueba de que vivimos en una nueva era geológica

Una comisión determinará si el lago Crawford y otros 12 enclaves marcan el inicio del Antropoceno

Desde los años 2000, geólogos y científicos de todo el mundo llevan preconizando que el mundo se encuentra en una nueva era, denominada como Antropoceno, marcada por el impacto humano en muchas de las condiciones y procesos de la Tierra.

Hay, sin embargo, debate respecto a a partir de qué momento debería empezar a considerarse como tal, cómo se evidencia y si la influencia humana ha sido lo suficientemente sustancial como para constituir una nueva época geológica, que suelen abarcar milenios (la anterior, el Holoceno, comenzó hace unos 12.000 años).

Ahora, un equipo internacional de investigadores ha elegido el lago Crawford de Canadá como el lugar que mejor representa esta nueva era. La Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS) evaluará las pruebas obtenidas en el lago Crawford (Canadá) y en otros 12 lugares secundarios para decidir si hemos cambiado de época.

La ICS ha denominado al lago Sección y Punto Estratotipo de Frontera Global (GSSP, por sus siglas en inglés) para el Antropoceno. Un GSSP es un punto de referencia acordado internacionalmente para mostrar el comienzo de un nuevo periodo geológico o época en capas de roca que se han ido acumulando a lo largo de los siglos.

«Los sedimentos hallados en el fondo del lago Crawford proporcionan un registro exquisito del cambio medioambiental reciente en los últimos milenios», afirma el doctor Simon Turner, Secretario del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno de la University College de Londres (UCL), en Reino Unido.

«Los cambios estacionales en la química y la ecología del agua han creado capas anuales de las que se pueden tomar muestras en busca de múltiples marcadores de la actividad humana histórica -prosigue-. Es esta capacidad de registrar y almacenar con precisión esta información como archivo geológico que puede compararse con los cambios medioambientales globales históricos lo que hace que lugares como el lago Crawford sean tan importantes».

Añade que «un GSSP se utiliza para correlacionar cambios medioambientales similares observados en otros yacimientos de todo el mundo, por lo que es fundamental disponer de un registro sólido y reproducible en este tipo de localidad».

Plutonio

El equipo ha reunido secciones de muestras de núcleos de diversos entornos de todo el mundo, desde arrecifes de coral hasta capas de hielo. Las muestras procedentes de estos lugares se enviaron para su análisis a los laboratorios GAU-Radioanalytical de la Universidad de Southampton, en el Centro Nacional de Oceanografía de Southampton (Reino Unido). Allí, los investigadores procesaron las muestras para detectar un marcador clave de la influencia humana en el medio ambiente: la presencia de plutonio.

El profesor Andrew Cundy, catedrático de Radioquímica Ambiental de la Universidad de Southampton y miembro del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno, afirma que «la presencia de plutonio nos da un claro indicador de cuándo la humanidad se convirtió en una fuerza tan dominante que pudo dejar una 'huella dactilar' global única en nuestro planeta».

Explica que «en la naturaleza, el plutonio sólo está presente en cantidades traza, pero a principios de la década de 1950, cuando se realizaron las primeras pruebas con bombas de hidrógeno, se produjo un aumento sin precedentes de los niveles de plutonio en muestras de todo el mundo. A partir de mediados de los años 60, cuando entró en vigor el Tratado de Prohibición de los Ensayos Nucleares, se observa un descenso del plutonio», añade.

Otros indicadores geológicos de la actividad humana son los altos niveles de cenizas procedentes de centrales eléctricas de carbón, las altas concentraciones de metales pesados, como el plomo, y la presencia de fibras y fragmentos de plástico. Todo ello coincide con 'La Gran Aceleración', un espectacular aumento de las actividades humanas, desde el transporte hasta el uso de la energía, que comenzó a mediados del siglo XX y continúa en la actualidad.

De los cientos de muestras analizadas, el núcleo del lago Crawford ha sido propuesto como el GSSP, junto con otros yacimientos secundarios que muestran registros similares de alta resolución del impacto humano. Las pruebas de los yacimientos se presentarán ahora al ICS, que el año que viene decidirá si ratifica el Antropoceno como una nueva época geológica.

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