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Una de las 'auroras SpaceX'

Una de las 'auroras SpaceX'Stephen Hummel/Observatorio McDonald

¿Qué son estos agujeros que aparecen en el cielo tras algunos lanzamientos de cohetes?

Las 'auroras SpaceX' no representan ningún riesgo o amenaza, según los expertos

Como viene ya siendo habitual en los últimos años, el balance económico de este 2023 también ha sido positivo para SpaceX. La compañía espacial de Elon Musk se dispone a cerrar el ejercicio con una hoja de servicios que incluye casi un centenar de lanzamientos de cohetes realizados, tanto para la puesta en órbita de cargas como para el traslado de astronautas a la Estación Espacial Internacional.

Sin embargo, conforme sus operaciones son cada vez más y más habituales, también lo son unas luces rosadas que aparecen en la ionosfera cuando sus cohetes llegan a ella y a las que ya se las apoda popularmente como 'auroras SpaceX'.

Aunque el fenómeno no ha sido por primera vez documentado con los cohetes del empresario sudafricano y es conocido desde de hace décadas, la frecuencia con la que se suceden ahora a cuenta de la compañía con sede en Los Ángeles le ha valido este sobrenombre. Cabe subrayar, no obstante, que no se trata de auroras reales, sino de perforaciones en la ionosfera que no revisten, eso sí, riesgo o peligro alguno (al menos a efectos atmosféricos).

«Las vemos de dos a cinco veces al mes», declaró en noviembre Stephen Hummel, astrónomo del McDonald Observatory de Texas y autor de la fotografía que encabeza el artículo, al portal especializado Space Weather.

Al igual que otros colegas de profesión no ocultan su descontento con el entorpecimiento que provoca para su trabajo el despliegue de los miles de satélites Starlink que SpaceX lleva a cabo desde 2019, Hummel no descarta que las auroras también puedan afectar a las observaciones astronómicas. «Su impacto en la ciencia astronómica está todavía siendo evaluado. Los satélites Starlink son un problema conocido, pero los efectos de los lanzamientos como tal son un asunto que está ganando cada vez más atención», apunta.

Las auroras se producen a los 90 minutos del despegue a unos 300 kilómetros de altitud en la ionosfera, la capa de gas ionizado de la Tierra. Tienen lugar durante la reentrada en la atmósfera, cuando la segunda etapa del cohete Falcon 9 (los más empleados por SpaceX) enciende su motor para salir de la órbita y desintegrarse.

Estas ‘perforaciones’ son en realidad una alteración química de la ionosfera, y se producen cuando el escape del cohete, cargado de vapor de agua, reduce la ionización hasta en un 70 %, lo que se manifiesta a través de un resplandor color rojo fluorescente. Las auroras se mantienen durante varios minutos hasta que los gases recombinados se vuelven a ionizar.

Así como astrónomos como Hummel recelan de las luces, otros como Jeff Baumgarder, físico espacial de la Universidad de Boston que lleva «40 años estudiando los agujeros ionosféricos», las reciben con entusiasmo. «Estamos encantados, pues nos brindan la oportunidad de explorar cómo el tráfico espacial afecta a la ionosfera. La densidad ionosférica es diferente cada noche, por lo que observando muchos eventos podemos extraer algún aprendizaje sobre la eficiencia de la química», dice también a Space Weather.

Las auroras no son los únicos fenómenos celestiales que provocan los cohetes de SpaceX: también se han documentado espirales en lugares como Hawái, Nueva Zelanda o Alaska, tanto el año pasado como este.

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