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Publican el mapa más grande de cuásares del Universo

Los científicos construyeron el nuevo mapa utilizando datos del telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea

Aprovechando los datos obtenidos por la misión espacial Gaia de la ESA, un grupo de astrónomos ha publicado un mapa de cuásares –galaxias muy luminosas y muy pesadas, extremadamente distantes en nuestro Universo– con más volúmenes de universo cartografiado.

Según ha publicado Europa Press, se trata de agujeros negros devoradores de gas que, curiosamente, representan algunos de los objetos más brillantes del universo. El nuevo mapa registra la ubicación de alrededor de 1,3 millones de cuásares en el espacio y el tiempo, el más lejano de los cuales brillaba cuando el universo –cuya edad se estima en 13.700 millones de años– tenía solo 1.500 millones de años.

Este catálogo de cuásares se diferencia de todos los catálogos anteriores en que nos proporciona «un mapa tridimensional del mayor volumen jamás creado por el universo», dice en un comunicado el cocreador del mapa David Hogg, científico investigador principal del Centro de Computación Astrofísica del Instituto Flatiron en la ciudad de Nueva York y profesor de física y ciencia de datos en la Universidad de Nueva York. Así, asegura que no es el catálogo con más cuásares, ni es el catálogo con mediciones de quásares de mejor calidad, pero es el catálogo «con el mayor volumen total del universo cartografiado».

Hogg y sus compañeros presentan el mapa en un artículo publicado el 18 de marzo en The Astrophysical Journal. La autora principal del artículo, Kate Storey-Fisher, es investigadora postdoctoral en el Centro Internacional de Física de Donostia.

Los científicos construyeron el nuevo mapa utilizando datos del telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea. Si bien el objetivo principal de Gaia es mapear las estrellas de nuestra galaxia, también detecta inadvertidamente objetos fuera de la Vía Láctea, como cuásares y otras galaxias, mientras escanea el cielo.

«Pudimos realizar mediciones de cómo se agrupa la materia en el universo temprano que son tan precisas como algunas de las de los principales proyectos de estudios internacionales, lo cual es bastante notable dado que obtuvimos nuestros datos como un bono de del proyecto Gaia centrado en la Vía Láctea», explica Storey-Fisher.

Los cuásares son alimentados por agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias y pueden ser cientos de veces más brillantes que una galaxia entera. A medida que la atracción gravitacional del agujero negro hace girar el gas cercano, el proceso genera un disco extremadamente brillante y, a veces, chorros de luz que los telescopios pueden observar.

Las galaxias habitadas por los cuásares están rodeadas por enormes halos de material invisible llamado materia oscura. Al estudiar los cuásares, los astrónomos pueden aprender más sobre la materia oscura, como por ejemplo cuánto se acumula.

Los astrónomos también pueden utilizar las ubicaciones de los cuásares distantes y sus galaxias anfitrionas para comprender mejor cómo se expandió el cosmos con el tiempo. Por ejemplo, los científicos ya han comparado el nuevo mapa de cuásares con la luz más antigua de nuestro cosmos, el fondo cósmico de microondas. A medida que esta luz viaja hacia nosotros, es curvada por la red de materia oscura que la interviene, la misma red trazada por los quásares. Al compararlos, los científicos pueden medir con qué fuerza se acumula la materia.

«Ha sido muy emocionante ver cómo este catálogo estimula tanta ciencia nueva», afirma Storey-Fisher, ya que investigadores de todo el mundo están utilizando el mapa de cuásares para medir todo, desde las fluctuaciones de densidad iniciales que sembraron la red cósmica hasta la distribución de los vacíos cósmicos y el movimiento de nuestro sistema solar a través del universo.

El equipo utilizó datos de la tercera publicación de datos de Gaia, que contenía 6,6 millones de candidatos a cuásares, y datos del Wide-Field Infrared Survey Explorer de la NASA y el Sloan Digital Sky Survey. Al combinar los conjuntos de datos, el equipo eliminó contaminantes como estrellas y galaxias del conjunto de datos original de Gaia e identificó con mayor precisión las distancias a los quásares. El equipo también creó un mapa que muestra dónde se espera que el polvo, las estrellas y otras molestias bloqueen nuestra visión de ciertos cuásares, lo cual es fundamental para interpretar el mapa de cuásares.

Así, Hogg afirma que este catálogo de cuásares es «un gran ejemplo» de lo productivos que son los proyectos astronómicos. Además, señala que Gaia fue diseñado para medir «estrellas en nuestra propia galaxia», pero también encontró «millones de cuásares al mismo tiempo», situación que proporciona un mapa de todo el universo».

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