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Ilustración de la misión DRACO

Ilustración de la misión DracoESA

Un satélite español se construirá por 17 millones y tendrá una vida útil de solo 12 horas

La misión Draco, que se lanzará en 2027, se confeccionará por Deimos Space en Puertollano (Ciudad Real)

En 2027, un satélite fabricado en Puertollano (Ciudad Real) será lanzado al espacio, volará durante no más de 12 horas a una altitud máxima de 1.000 kilómetros y, tras eso, se desintegrará al efectuar una reentrada atmosférica para registrar al pormenor todos los efectos que una maniobra así supone tanto para el propio objeto como para la atmósfera. Su objetivo: reducir el número de desechos espaciales en una órbita terrestre ya saturada de objetos artificiales, construir satélites más sostenibles y, en definitiva, avanzar en la estrategia Zero Debris (Cero Residuos) fijada por la Agencia Espacial Europea (ESA) para su consecución en 2030.

La misión Draco (siglas en inglés de ‘Evaluación de la Reentrada Destructiva de un Objeto Contenedor’), que así es como se llama este experimento, correrá a cargo de la empresa española Deimos Space, que ha firmado un contrato con la ESA, impulsora de la operación, para construir el satélite por 17 millones de euros. La semana pasada, ambas sellaron el acuerdo para la primera fase del proyecto por un monto total de tres millones.

Cuando esté terminado, Draco será un satélite de unos 200 kilos y del tamaño de una lavadora que contará con una cápsula interior encargada de registrar mediciones únicas durante la reentrada y ruptura del vehículo. «La cápsula, diseñada para sobrevivir a la destrucción, transmitirá la valiosa telemetría poco después», explica la ESA.

«Si bien es difícil obtener datos de un satélite durante su destrucción, actualmente es imposible recrear las circunstancias exactas sobre el terreno. Podemos recurrir a la experimentación para probar diversos materiales y elementos de una nave espacial en túneles de viento a escala limitada, pero aún no es posible imitar fielmente la increíble velocidad, la fuerza y los movimientos de una reentrada incontrolada. Para imitaciones más completas, el modelado virtual es una gran herramienta que puede manejar cualquier extremo, pero necesita calibración y conjuntos de datos en los que basarse», afirma Stijn Lemmens, jefe de proyecto de Draco en la oficina de desechos espaciales de la ESA.

En este sentido, a diferencia de experimentos anteriores, los 200 sensores de Draco medirán las temperaturas, evaluarán la tensión en las diversas partes del propio satélite y registrarán la presión circundante, detalla la agencia espacial. Además, sus cuatro cámaras adicionales apuntarán a la nave espacial para observar la destrucción y recopilar información contextual.

Diseño de la misión

Draco, que imitará en la medida de lo posible una reentrada típica (es decir, no controlada), atravesará la atmósfera sobre una cena deshabitada del océano. Una vez se haya quemado, la cápsula, con un tamaño de apenas 40 centímetros, deberá ser capaz de abrir un paracaídas independientemente de su orientación y velocidad iniciales.

Una vez desplegado, la cápsula descenderá a menor velocidad, lo que le permitirá conectarse con un satélite geoestacionario situado por encima para transmitir los datos recogidos. Antes de caer al océano y dar por concluida la misión, la cápsula dispondrá de unos 20 minutos para enviar la telemetría.

«Draco es una misión apasionante que arrojará luz sobre muchas de las incógnitas que se plantean durante las reentradas de satélites. Nos sacará del bucle del huevo y la gallina y creará un conjunto de datos diferente para calibrar nuestros sistemas y modelos, además de para avanzar en la implementación de tecnologías de cero residuos», señala Tim Flohrer, director de la oficina de desechos espaciales de la ESA.

Por su parte, Simone Centuori, consejero delegado de Deimos, ha anunciado que la empresa duplicará su plantilla en Puertollano hasta alcanzar los 80 trabajadores, principalmente ingenieros. El contrato también ha sido aplaudido por la consejera de Economía de Castilla-La Mancha, y el alcalde de la localidad ciudadrealeña, Miguel Ángel Ruiz, que entienden la inversión como un revulsivo para Puertollano.

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