El hallazgo arqueológico en una cueva de Gibraltar que daría nuevas pistas sobre cómo cazaban los neandertales
Este descubrimiento pone de manifiesto la necesidad de reevaluar la inteligencia de los neandertales
Los neandertales habitaron predominantemente Europa y Asia occidental durante cientos de miles de años, dejando una huella imborrable en la zona del Mediterráneo y, de manera más precisa, en la Península Ibérica. Prueba de ello son algunos de los yacimientos arqueológicos más importantes en la historia de esta especie, como Atapuerca, la Cueva de El Sidrón o el complejo de Gorham en Gibraltar, entre otros. De hecho, justamente en esta última ha tenido lugar uno de los descubrimientos más impresionantes de la última década, que nos ha proporcionado nuevas claves sobre su cultura y capacidades cognitivas.
En concreto, una treintena de investigadores de seis países distintos han revelado un descubrimiento que reescribiría la historia de la humanidad. En lo profundo de la Cueva de Vanguard –una de las cuevas que componen Gorham–, han hallado una estructura de 60.000 años de antigüedad utilizada por los neandertales para fabricar herramientas de piedra de bastante calidad.
Cómo transformar plantas en alquitrán
En el corazón de este descubrimiento se encuentra un pequeño foso excavado en el sedimento de la cueva. Tal como detalla la investigación, publicada en Quaternary Science Reviews, este hallazgo sería el lar u hogar, una herramienta clave para producir alquitrán a partir de plantas locales, principalmente la jara pringosa (Cistus ladanifer). Este alquitrán era utilizado como adhesivo para unir herramientas de piedra a la madera, generando así herramientas con las que los neandertales podían cazar.
Lo más llamativo de este proceso no es solo el uso del alquitrán, sino el complejo método empleado para extraerlo. Los neandertales recogían hojas y ramas impregnadas de ládano –una sustancia pegajosa–, que luego eran enterradas cuidadosamente en el foso, cubiertas con arena y guano para aislarlas del oxígeno. Posteriormente, encendían pequeñas hogueras sin terminar quemar el material vegetal. Este proceso, que podía durar varias horas, daba como resultado el alquitrán acumulado en el fondo del foso, listo para ser recogido.
«Los trabajos teóricos distinguían dos métodos: uno simple y poco productivo, por combustión al aire libre de las cortezas de abedul, y otro más complejo que requiere el calentamiento anóxico de los trozos de abedul. Es decir, mediante trozos de madera enterrados que se calentaban con un fuego para que exuden la resina y no puedan arder al quedar aislados del oxígeno», precisaba en un comunicado la Universidad de Sevilla, una de las instituciones que ha participado en este descubrimiento.
La elección de la jara como materia prima revela un profundo conocimiento del entorno. En lugar de depender del abedul, como hacían sus contemporáneos del norte de Europa, los neandertales de Gibraltar aprovecharon la abundancia de las jaras mediterráneas, utilizando este recurso para fabricar las herramientas. Este hecho demuestra que los neandertales poseían una serie de habilidades cognitivas bastante avanzadas ya que debían planificar, controlar el fuego y conocer de primera mano el entorno que les rodeaba.
Lejos de ser meros «primitivos», este hallazgo demuestra que la capacidad de los neandertales de la Cueva de Vanguard para manipular materiales de manera tan exacta, así como su imaginación para transformar plantas en alquitrán reflejan una mente realmente creativa. Este descubrimiento pone de manifiesto la necesidad de reevaluar la inteligencia de los neandertales.