Crece la incertidumbre por el origen del anillo que cayó en Kenia: «Es posible que no haya venido del espacio»
Expertos y rastreadores no habrían podido identificar, por el momento, el lanzamiento del cohete al que se puede atribuir el gran anillo
Un anillo metálico de 500 kilos cae desde el cielo en un pequeño pueblo de Kenia
El pasado 1 de enero la Agencia Espacial de Kenia (KSA) confirmó el descubrimiento de un fragmento metálico en la aldea de Mukuku. En concreto, tal como detalló la entidad, este objeto con aspecto de anillo metálico, que pesa algo más de 500 kilos y unos 2,5 metros de diámetro, cayó del cielo sin ocasionar ningún tipo de problema a la población local. En un primer momento, las autoridades del país dieron a entender que el objeto caído era un anillo de separación de un cohete.
«Queremos asegurar a la ciudadanía que el objeto no representa una amenaza inmediata para la seguridad. Nuestros expertos lo analizarán, utilizarán los marcos existentes para identificar al propietario y mantendrán informado al público sobre los próximos pasos y resultados», expresó en el comunicado la KSA. Sin embargo, dos semanas después del descubrimiento del material, las teorías sobre su procedencia siguen sucediéndose entre los distintos expertos e investigadores dada la invalidez de la teoría inicial.
Tal como ha revelado en un artículo el diario Ars Technica, «un pequeño grupo de rastreadores especializados ha estado utilizando datos de fuentes abiertas y, hasta ahora, no han podido identificar el lanzamiento del cohete al que se puede atribuir el gran anillo». En primera instancia, los expertos han detallado que dado el gran peso del anillo —de casi media tonelada—, este no sería compatible con un cohete. En concreto, a pesar de que la KSA dejó claro que «este tipo de objetos suelen estar diseñados para quemarse al reingresar a la atmósfera de la Tierra», los investigadores concluyen que sería prácticamente imposible que este anillo perteneciera a un cohete que regresa a nuestro planeta.
Ante esta situación, los distintos expertos y rastreadores han abierto la posibilidad de que sea posible «que el objeto no haya venido del espacio». Tal como declaraba Jonathan McDowell, astrofísico del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonia de EE. UU., los restos podrían ser basura espacial.
«La posibilidad más probable relacionada con el espacio es la reentrada del adaptador SYLDA del vuelo Ariane V184, el objeto 33155. Sin embargo, no estoy completamente convencido de que el anillo sea basura espacial en absoluto», escribió el investigador.
Otro destacado experto espacial, Marco Langbroek, compartió la teoría de su compañero, señalando que «la fuente más probable del objeto fue un lanzamiento de Ariane V que tuvo lugar en julio de 2008, en el que el cohete europeo colocó dos satélites en órbita de transferencia geoestacionaria». Asimismo, Langbroek, añadió que se encontraron otros fragmentos que parecían basura espacial en las inmediaciones.
La basura espacial, un problema en ciernes
A la espera de que las distintas agencias y compañías terminen de esclarecer lo ocurrido, la realidad es que la basura espacial es uno de los problemas más acuciantes en el panorama mundial. Más teniendo en cuenta que con el paso de los años las empresas dedicadas al sector espacial han aumentado considerablemente sus programas, generando así millones de desperdicios en el espacio.
De hecho, si tenemos en cuenta los datos de la Agencia Espacial Europea, actualmente hay unas 9.000 toneladas de basura espacial orbitando alrededor de nuestro planeta, siendo Estados Unidos y Rusia los países más contaminantes.
A pesar de que la probabilidad de que estos desechos impacten en la Tierra es casi nula, el riesgo de una posible colisión con otros materiales o vehículos en órbita podría ser bastante común en los próximos años.