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El Buen Patrón es la representante del cine español para el Oscar a la mejor película internacional

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CINE

'El buen patrón': León de Aranoa despelleja a los empresarios

La película que representará a España en los Oscar se estrena en los cines este viernes 15 de octubre

Hay que esperar bastante poco para comprobar lo que era un secreto a voces: cómo despelleja Fernando León de Aranoa la figura del empresario en El buen patrón. Al poco de arrancar la película –también el tráiler del filme–, después de presentarnos al propietario de la fábrica de básculas industriales interpretado por Javier Bardem, el director abre el plano para mostrarnos la entrada de la fábrica. 

Las letras con el nombre de la empresa, Básculas Blanco, se distribuyen en un arco a imitación de la entrada al campo de concentración de Auschwitz y su leyenda Arbeit macht frei (El trabajo os hará libres). Maldita la (supuesta) gracia, la verdad. Aranoa debe de tener desde ya el récord a la metedura de pata más rápida (y desafortunada) de la historia del cine español. Además de director y guionista de El buen patrón, Fernando León de Aranoa es también productor de la cinta. Así que es empresario. La paradoja se sirve sola.

Las casi dos horas que siguen a continuación –en las que volvemos a ver la entrada al polígono industrial– son un continuo apaleamiento a los empresarios a partir de la caricatura, de trazo grueso y prejuicioso, que representa el personaje de Blanco. Que se trata de un personaje de ficción está claro. Que León de Aranoa no da puntada sin hilo, también. No se me ocurre ningún cliché negativo que haya acompañado alguna vez, con mayor o menor justicia, a la figura de un empresario que no encuentre representación en el personaje de Javier Bardem. Ninguno.

El buen patrón conlleva, en lo personal, otras dos decepciones. La primera, lo lejos que está de Los Lunes al Sol. Y esa no era precisamente una película sospechosa de estar del lado de los empresarios. Todo lo contrario. Sin embargo tenía una frescura que aquí solo encuentro en la interpretación de Almudena Amor, la chica que interpreta a Liliana, la becaria que debería darle una nominación al Goya a la mejor actriz revelación. O quizá el propio premio. Los Lunes al Sol sabía conmover y hacer reír. En El buen patrón no encuentro nada para lo primero y muy poco para lo segundo.

La otra decepción es ajena a lo que vemos en pantalla. Se trata de la elección de El buen patrón por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (AACCE) como representante al Oscar a la mejor película internacional. Si esta es la cinta que mejor puede representar a nuestro cine –más aún con la gran competencia existente en esta categoría–, apaga y vámonos. Tampoco hubiese sido mejor Madres Paralelas, el alegato de Pedro Almodóvar en favor de la memoria histórica. Las dos películas, por cierto, ironizan sin gracia sobre la política.

En la cinta de Almodóvar escuchamos al personaje de Aitana Sánchez-Gijón decir que «todos los actores son de izquierdas. Yo soy apolítica». En la de Fernando León de Aranoa, el empresario interpretado por Javier Bardem bromea al decir que «las subvenciones van luego a los del cine». No está mal para tratarse de dos obras únicamente de ficción como, sospecho, argumentará quien no vea motivos para enfadarse con la forma de presentar la entrada de Básculas Blanco. Por cierto, Oskar Schindler también era empresario. Menos mal que para dibujar su figura en la pantalla estaba Steven Spielberg.

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