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Ainhoa Arteta, en 'El Hormiguero'

'El Hormiguero'

El motivo por el que Ainhoa Arteta rechazó una prótesis para su dedo

La soprano vasca reaparece en 'El Hormiguero' tras haber visto «el infierno»: primero estuvo a punto de morir y después se quedó sin voz

Ainhoa Arteta (Guipúzcoa, 1964) «lo ha pasado regular» en los últimos tiempos, dijo Pablo Motos a la hora de presentarla, intentando desdramatizar. En realidad, lo ha pasado fatal. La soprano navarra se contagió de covid el pasado marzo. En julio sufrió un cólico nefrítico, que las secuelas del coronavirus agravaron. Le extirparon una piedra en una operación. Su salud se quebró y acabó en la UCI del Virgen del Rocío, en Sevilla. En este hospital se vieron obligados a amputarle parte del dedo índice de la mano derecha y un dedo del pie derecho.

«Casi me muero, pero yo no me enteré. Me enteré después», comenzó diciendo en El Hormiguero. Estaba en Puerto Sherry y tuvo que ser trasladada en helicóptero al Virgen del Rocío en Sevilla. No quería que la entubasen: «Pasa por las cuerdas vocales, y entonces es peligroso». Solo le dio tiempo a decir: «A mí no me entu…».

Del coma tiene un recuerdo. No vio una luz al final de un túnel. Fue otra cosa. «Lo vi, no lo soñé. Estaba en un espacio de un azul oscuro intenso y con estrellas. Es como si tuviera mucha luz a la vez que estaba oscuro. Y yo me veía suspendida. Y era un silencio total. Y en la imagen vi pasar como una especie de cosa roja por debajo que pasó con muchísimo ruido. Eso tiene que ser el infierno, porque pasó rojo con un ruido tremendo… Y ahí me quedé, en esa zona».

Médicamente, más allá del viaje, esto fue lo que ocurrió: «Me dio una sepsis, que se complicó… Un fallo multiorgánico, me tienen que inducir al coma... Durante cuatro o cinco días, ya eso no me acuerdo. Del coma me salvé por los pelos. Habían intentado todo tipo de antibióticos y yo era alérgica a la penicilina. Como todos los cantantes, nos medicamos muchas veces con mucho antibiótico. Entonces mi cuerpo había generado resistencia contra el antibiótico, y al final me moría. Fue 'o se muere o le metemos la penicilina. Y si le da una reacción alérgica muy fuerte, se muere también. Pero no nos queda otra'».

Lo siguiente fue peor: «Me despierto, y tengo la mano negra, la mano derecha. Pierdo una falange. Y los pies también negros. Era porque durante el coma no sé qué medicinas utilizarán, pero hace que no te llegue el riego a los miembros. Se me salvó la mano izquierda porque está cerca del corazón, y llega más sangre». El resto de las manos y los pies también quedaron afectados, pero menos: «Estaba todo negro. Todos son injertos, tanto en los pies como en la mano», dijo sobre sus extremidades.

Al despertarse en la UCI de covid, donde estuvo diez días, le costaba hablar: «Yo quería decir una palabra y me salía como rara al principio». Elogió a los profesionales que la atendieron, y en general a todo el personal que ha lidiado con lo peor de la pandemia: «Los auténticos guerreros están siendo los sanitarios. Así que no puede haber recortes», pidió.

Ainhoa Arteta se abraza con Pablo Motos, en 'El Hormiguero'

Ainhoa Arteta se abraza con Pablo Motos, en 'El Hormiguero'

El día después

«Esta mano me sigue doliendo, pero tengo que continuar. No me voy a paralizar porque me duela una mano», aseguró señalándose la que carece de una falange. «Ayer me dolía la punta de este dedo, y no tiene punta. El dolor neuropático tiene que ver con el cerebro. Es un dolor muy duro porque no se va con cualquier medicina», explicó.

Contó una anécdota que le ocurrió cuando le permitieron activar el teléfono móvil: «El iPhone no me reconocía la cara. Y encima me había quedado sin el dedo…», contó con buen humor, así que tardó en ponerlo en marcha porque no recordaba la clave. No ha querido ponerse prótesis en esa mano: «Me da una pereza terrible». «Yo soy muy gesticulera». Y contó lo que le dijo al médico que temía que ocurriera si se la ponía: «Me va a pasar en algún concierto que se me va a salir el dedo y vamos a acabar buscando el dedo en el escote de la señora de la tercera fila», contó divertida.

Para superar situaciones como la suya cree que es fundamental la mentalidad. Puso como ejemplo la victoria de Rafa Nadal el pasado domingo en el Open de Australia: «No solo jugó un partido de tenis. Nos demostró que la fuerza mental es tan importante…». «No se debería estigmatizar tanto la ayuda psicológica. De la única manera que se puede salir de todas estas cosas que te pasan es con fuerza mental. Nadal no perdió en ningún momento la esperanza», se extendió.

La cantante Ainhoa Arteta, en un momento de su entrevista en 'El Hormiguero'

La cantante Ainhoa Arteta, en un momento de su entrevista en 'El Hormiguero'

Al salir de hospital, aún aguardaban más desgracias. En octubre se quedó sin voz hasta para hablar. Y no por comer melón y piña, que confesó que la dejan afónica. No. Fue por otra causa: «Mi lesión fue por una intubación. Se me había formado un garbanzo en las cuerdas vocales», explicó. Pudo haberse quedado así para siempre. Volvió al quirófano: «El 3 de noviembre me operaron a cuerda vocal abierta». Y le dijeron que tardarían entre seis meses y un año volver a ser la de antes. Ha acortado los plazos y el 27 de febrero actuará en el Teatro de la Zarzuela. Será en recital. Después, una ópera en Florida. «Cantar me sana», justificó.

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