El amor del director Joe Wright por los dramas de época comenzó con su ópera prima, aquella en la que adaptaba sobradamente la famosa novela de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio. Keira Knightley se convirtió en su musa particular y, después de repetir en la teatral interpretación de Anna Karenina, se embarcaron en Expiación. Coquetea con la segunda mitad del siglo XX y el trascurso de las vidas de Cecilia y Robbie, que cambian irremediablemente cuando Briony, la hermana de ella, le acusa de un crimen no cometido. Una espléndida adaptación que nos dio una exquisita fotografía de la Inglaterra de la época y el vestido verde más famoso del cine. Su idea, además, de que la acción esté marcada al ritmo de una implacable máquina de escribir hace el resto.