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Imagen de la ceremonia de apertura de la 72ª edición del Festival de BerlínGTRES

Cine

Festival de Berlín: dos buenos films de las antípodas en la cuarta jornada

Una comedia alemana y un film chino protagonizan esta jornada del cine en la capital alemana

Una comedia divertida alemana pero con un amargo sabor trágico iluminó la cuarta jornada del 72º Festival de Berlín.

Rabiye Kurnaz vs George W. Bush es la verdadera historia de una madre turca, que vive totalmente integrada con su familia en Alemania, que durante siete largos años luchó para conseguir liberar de la prisión de Guantánamo a su hijo, acusado falsamente de terrorismo.

Su autor es el alemán Andreas Dresen, que ya otras tres veces intentó llevarse un premio en este festival y que esta vez tiene un verdadero as en la mano, aunque más no sea por la excelente interpretación en el rol titular de la mayúscula actriz (incluso físicamente) Meltem Kaptan.

Rabiye es, como se suele decir, una madre clueca, una mujer que vive siempre empollando a sus hijos, invadiendo y controlando la vida de toda la familia, perfectamente integrada en su nueva patria y sin demasiadas convicciones religiosas.

Y por eso es una sorpresa para ella cuando descubre que su hijo de 15 años no está remoloneando en su habitación sin bajar al desayuno, sino que está en el aeropuerto de Frankfurt, arrestado cuando estaba embarcándose para incorporarse a la lucha yihadista y de allí llevado a la cárcel de Guantánamo con otros centenares de acusados de terrorismo.

Rabiye no es mujer de amilanarse y mueve cielo y tierra para lograr la liberación de su hijo, hasta el extremo de hacerle un juicio directo al entonces presidente de los EE.UU., George W. Bush.

Todo sería muy divertido (y en efecto lo es) si no fuera porque se trata de una de las mayores aberraciones judiciales que se hayan gestado en la justa causa de la lucha contra el terrorismo.

Yin ru chen yan (aquí traducido como «Retorno al polvo») es un curioso film de un joven cineasta chino, Li Ruijun, que ambienta su octava película en la remota región de la que es oriundo, Gaotai, y donde aún conviven costumbres del pasado, con un presente capitalista y cooperativista.

Ma y Quiying son dos descastados en una sociedad campesina que se va modernizando. Obligados a casarse para dejar su puesto libre a las nuevas generaciones, la pareja se muda al campo, donde a falta de recursos económicos, deciden dedicarse a la agricultura con los medios primitivos que no involucran ayuda humana ni maquinarias de un costo que no se pueden permitir.

Poco a poco, estos desplazados lograrán vivir juntos y ayudarse mutuamente hasta que la muerte los separe.

Film casi sin diálogos, la película es un canto a un mundo desaparecido en el que los valores eran genuinos y los seres humanos sabían convivir con la naturaleza y con los animales (el burro casi Platero que está siempre al lado de ellos como uno más de la familia) que Li, autor del guion y también del montaje y de los decorados, sabe narrar con voz queda e insinuante, sin hacer pesar los 130 minutos que tiene de duración.