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Juliette Binoche y Vincent Lindon, protagonistas de 'Avec amour et acharnement', en el Festival de Berlín

Juliette Binoche y Vincent Lindon, protagonistas de 'Avec amour et acharnement', en el Festival de BerlínGTRES

Cine

Festival de Berlín: día de mujeres

Juliette Binoche y Vincent Lindon son los protagonistas de la mejor película de la jornada en el Festival de Berlín

Después de los dos encomiables primeros films del concurso del 72o. Festival Internacional de Berlín se han sucedido películas que, si bien sinceras y honestas, no han tenido un gran impacto entre el público y la crítica presentes.

La mejor de todas ha sido sin duda Avec amor et acharnement (Entre amor y encarnizamiento),de la veterana cineasta francesa Claire Denis, que cuenta la tempestuosa relación entre una mujer, afirmada directora de un programa cultural televisivo, su actual marido y su ex pareja, amigos entre sí.

El argumento es sobre todo la ocasión para que dos grandes intérpretes del cine francés como Juliette Binoche y Vincent Lindon, por primera vez juntos en la pantalla, se mida en un duelo verbal que con la complicidad de un claustrofóbico casi único decorado, el departamento en el que viven, y la adición de primeros y primerísimos planos, hace que estas redivivas escenas de un matrimonio cobren una gran fuerza que se va deteriorando a medida que se avanza hacia las dos horas.

Cineasta comprometida con el presente actual, Denis también toca temas de actualidad como la supuesta supremacía blanca, cada vez más puesta en discusión, en relación a las otras razas.

La primera de las ocho cineastas mujeres del concurso (contra diez rivales del sexo opuesto) es la mexicana Natalia López Gallardo, que en su ópera prima delata la influencia de su colaboración como montajista con señeros directores de su país como Carlos Reygadas y Amat Escalante o el argentino Lisandro Alonso.

El tema del filme es la violenta situación que impera en algunas zonas de su país, dominadas por el narcotráfico y la industria de los secuestros, contada a través de la historia de una mujer de la clase media alta que se ve obligada a refugiarse en su casa de campo mientras se tramita su divorcio.

Manto de gemas es un título intrigante e inexplicable, tal como lo es de alguna manera la película que con sus lentas panorámicas y su exquisita cinematografía logra fascinar en algunos momentos al espectador.

Otras dos mujeres compartieron el programa de estos dos días, la indonesa Kamila Andini con Nana, ambientada en los violentos años de la independencia del país de la dominación holandesa, y la suiza Ursula Meier con La ligne, sobre una tempestuosa relación entre madre e hija.

Nana es un subyugante homenaje a la belleza de su protagonista, Happy Salma, que tras 15 años de tranquilo matrimonio con un industrial mayor que ella, que le ha dado seguridad y tres hijos, descubre que su primer marido, del que sigue enamorada, no ha muerto, lo que la forzará a afrontar una nueva vida.

Pero entre paisajes de ensueño, vestidos de telas exquisitas y música evocadora, la película se conforma con convertirse en una simple telenovela de refinada elegancia.

Ursula Meier vuelve al festival que la premió hace diez años con el oso de plata a la mejor dirección por Sister, con este duelo generacional entre una madre inadecuada (Valeria Bruni Tedeschi) y una hija histérica y superviolenta (Stéphanie Blnachoud, a quien se le acredita parte de sus diálogos).

El argumento no daba para mucho y efectivamente Meier recurre a la calidad de sus actrices sin hacer demasiada mella en el público.

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