'Pasapalabra'
Orestes baja la guardia y se la pega en 'Pasapalabra'
Un día después de regalar un empate, concede una derrota cuando tenía asegurada la igualada
Restaban 33 segundos en su cronómetro, y había acertado 21 respuestas correctas, sin mácula. Su rival, Marisa, a la que le quedaban 16 segundos, llevaba también 21 aciertos y ningún error. Por tanto, estaban igualados. Y entonces ocurrió: Orestes se confió. Bajó la guardia. Algo impropio de un concursante que mañana jueves podría alcanzar los 150 programas consecutivos en el concurso más visto de la tele.
Le restaban por resolver la ye, la te, la ene y la ge. Tocaba la ene. La pregunta era «ciudad de Italia que está situada en la isla de Sicilia en la que se encuentra el Palacio Ducezio». «Tengo aquí un dilema grande porque tengo una ciudad que creo que es de Sicilia, pero me baila con que esté en Cerdeña… Pero bueno, habiendo opciones vamos a jugar», avanzó al presentador. Dicho y hecho. Se lanzó sin red. Y se la pegó. Respondió «Nuoro». Era «Noto». «Nuoro está en Cerdeña», se arrepintió el burgalés con una sonrisa.
Elogio de Roberto Leal
Roberto Leal elogió su apuesta por el espectáculo: «Un aplauso para ti por esa valentía a la hora de jugar en Pasapalabra. Es la manera de acercarnos al bote, inmediatamente». En realidad, no era cierto. El bote estaba imposible y Orestes lo sabía antes de jugarse la ene en la ruleta.
La cantante Natalia, extriunfita, proclamó a los cuatro vientos: «¡Estás a cuatro de 1.006.000 euros!». Se lo dijo a Marisa. «Tan cerca y tan lejos», respondió la rival de Orestes. En el fondo sabía que lo único que tenía que hacer es estar callada y dejar correr el tiempo. Intuía que el burgalés iba a ser incapaz de resolver cualquiera de las otras tres letras. Así fue. Dejó solo a Orestes, que se estrelló. Falló sucesivamente la te y la ge. Le quedaba la ye. «Esta ye me da un rabia enorme porque es una que me he sabido durante mucho tiempo, pero ahora tengo una especie de barrera en el cerebro», había confesado un rato antes. La pregunta solo tenía dos palabras: «Paloma silvestre». «Firulais», respondió. Era «espumui». El batacazo se había consumado. Orestes había caído derrotado.
El regalo previo
La confianza es mala consejera. Ya ayer martes, Orestes sorprendió al regalar un empate. Tenía 22 aciertos, ningún fallo y 28 segundos por delante. Su rival, Marisa, contaba con el mismo número de contestaciones correctas, pero había cometido un error; su situación era desesperada, pues solo le restaban tres segundos y no sabía ninguna respuesta más. Iba a perder. Pero fue entonces cuando el burgalés bajó la guardia por primera vez. «Vamos a jugar. Para la ‘equis’ hay una opción que creo que puede estar bien construida», anunció. «Contiene la equis. Se dice del rayo luminoso paralelo al eje óptico», planteó Roberto Leal. «Axonométrico», contestó. Lo correcto era «paraxial». Al siguiente turno, Marisa dejó agotar el tiempo. Orestes, qué remedio, hizo lo mismo.
Tras regalar un empate ayer y conceder hoy una derrota, Orestes se enfrentará mañana a La silla azul, algo muy poco habitual desde que se fue Jaime el 30 de marzo. De hecho, será la tercera vez que lo haga desde entonces. Si la supera –todo indica que así será– alcanzará su programa 150 consecutivo.