Crítica de cine
'El grito silencioso', una película que desmonta la gran mentira de nuestro tiempo
Este interesante filme saca a la luz las mentiras y argucias en el juicio del caso Roe contra Wade, en 1973, para conseguir que se legalizara el aborto
Este mismo año 2022, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha dictaminado que el aborto no es un derecho establecido en la Constitución. Por ello, a partir de ahora, cada Estado deberá legislar de manera independiente, con lo que en muchos de ellos se prohibirá. Este dictamen ha generado la imaginable indignación en los círculos abortistas, que no esperaban que su victoria de 1973, tras la sentencia del famoso caso Roe contra Wade, podía convertirse en derrota cincuenta años después. Y es que en aquel año, la Corte Suprema de los EE.UU. concluyó que la Constitución americana protegía la libertad de una mujer para abortar. Justo lo contrario de lo que acaba de declarar.
La película de Cathy Allyn y Nick Loeb reconstruye la historia real de aquel juicio de 1973, y saca a la luz todas las argucias, mentiras e intereses que se pusieron en juego entonces para conseguir que el alto Tribunal legalizara el aborto. Pero la columna vertebral del filme es la vida del doctor Bernard Nathanson (1926-2011), un médico ginecólogo que dirigió el Centro de Salud Sexual y Reproductiva, que en aquel momento era la mayor institución del mundo en la práctica de abortos. En aquel lugar, el propio Nathanson realizó con sus manos más de 75.000 abortos, entre ellos el de su propio hijo. Pero a finales de la década de los 70, a medida que la tecnología va permitiendo y perfeccionando las ecografías, Nathanson da un giro en sus planteamientos y reconoce que el aborto es un crimen, convirtiéndose en un cualificado representante del movimiento provida.
La película va trenzando ambas tramas, la biográfica y la judicial, que en la realidad estuvieron muy entrelazadas. Pero además describe la codicia capitalista de Planned Parenthood, una fábrica de hacer dinero a costa del miedo y sufrimiento de muchas jóvenes superadas por las circunstancias. El resultado de este cóctel de hechos históricos es una bomba de relojería que se va a atraer las críticas y ataques de todos los medios de comunicación que sirven a la ideología del poder. De hecho, lo que ya han publicado los críticos del New York Times, Variety, The Guardian… tachan la película de vulgar, rancia, lamentable, plana, anticinematográfica… ¡Qué casualidad que las películas políticamente incorrectas sean siempre malas! Pero, sin embargo, hay que agradecer la desinhibición de una película que se atreve a contar las cosas como son y a llamar a las cosas por su nombre.
El propio director del filme, Nick Loeb, interpreta al Dr. Nathanson, y Jamie Kennedy encarna al periodista Larry Lader (1919-2006), que propaló todo tipo de datos falsos para movilizar a las feministas a favor del aborto. A él se debe la biografía sobre Margaret Sanger, fundadora de Planned Parenthood. De ella cuenta el largometraje cómo fundó esta institución para difundir la cultura del aborto entre los negros, con el fin de detener el crecimiento de esa raza 'inferior'.
En definitiva, estamos ante una película muy interesante porque nos cuenta cosas que la mayoría de los espectadores no sabíamos. Y al público más joven ni siquiera le sonará el nombre de Nathanson, que sonó mucho en los ochenta. No es una película pro vida al uso. Cuenta con un estilo periodístico lo que ocurrió. Como Spotlight, pero sin el dinero que costó. El grito silencioso juega en segunda división –a nivel de producción– porque aquella iba a favor de la corriente de la Agenda única, y esta va en contra. ¡Cuánta hipocresía!