Entrevista
Nick Loeb, director de 'El grito silencioso': «El 75 % de la película es proaborto y en los últimos diez minutos se vuelve provida»
La película sobre los entresijos del caso Roe contra Wade llega este viernes, 23 de septiembre, a los cines españoles
El pasado 24 de junio fue un día histórico. La Corte Suprema de Estados Unidos tumbó la protección constitucional del aborto a través de la revocación del fallo conocido como Roe contra Wade, que en 1973 enfrentó a Jane Roe (cuyo nombre real era Norma McCorvey) contra Henry Wade, entonces fiscal del condado de Dallas (Texas). Una joven McCorvey se convirtió en la marioneta detrás de la que dos abogadas prochoice –proelección, el término con el que se denomina al otro lado del Atlántico a los partidarios del aborto– consiguieron que se convirtiera en un derecho recogido por la Constitución.
Parece una historia simple. Una mujer que se queda embarazada y denuncia que la ley de su estado no le permite abortar. Nada más lejos de la realidad. Los intereses, motivaciones y principios de todas las partes: los proaborto, los provida e incluso los magistrados del Supremo hacen de este un caso de corrupción que Cathy Allyn y Nick Loeb han llevado a a gran pantalla y que se estrena este viernes 23 de septiembre en las salas españolas.
–La película ya estaba rodada e incluso estrenada en Estados Unidos antes de que el Tribunal Supremo tumbara el fallo Roe vs Wade. Ha sido casi una reacción causa-efecto.
–En parte, una de las razones por las que hicimos esta película era ayudar en ese proceso, y describir todo lo que estaba mal en el sistema judicial de la corte. Como se puede ver en la película, todo lo que fue yendo mal en el proceso y los cambios posteriores en la historia muestra que en realidad no fue la decisión correcta.
–Este acontecimiento, la revocación de este polémico fallo, ha marcado un antes y un después en el activismo por la vida. ¿Cree que podría ocurrir algo así en otros países del mundo?
–Absolutamente. En otras partes del mundo no hay leyes del aborto tan permisivas como las de Estados Unidos, incluso las que tenéis en Europa son más conservadoras que las que tenemos aquí. Sí que creo que en esta vida voy a ver el final de la mayoría de los abortos y también creo que esto sucederá gracias a la tecnología. Si vemos las estadísticas de los chicos que salen hoy de la universidad son más liberales que nunca en muchas cuestiones, como el género o la sexualidad, pero son más conservadores que nunca en otras, como el aborto. Los jóvenes son hoy más provida que nunca. No son una mayoría, pero sí son más que en el pasado. La primera razón por lo que esto ocurre es porque hoy podemos googlear acerca de la primera semana de gestación, escuchar un latido de corazón y seguir la formación del niño. Ver esto está cambiando la mentalidad de la gente, muchos ya no piensan que eso sea un conjunto de células, sino que hay un bebé de verdad en la barriga.
–Una de las razones por las que hicieron la película fue para ayudar en el proceso para la revocación del falo, pero ¿hay alguna razón más?
–Desde el punto de vista de un cineasta and narrador, Hollywood ha hecho películas de cada acontecimiento significante de la historia, de los que las personas fuera de Estados unidos no saben o piensan. Roe v Wade es el caso de la Corte Suprema más famoso de todo el país. El problema es que, aunque todo el mundo sabe que fue el que legalizó el aborto en estados unidos, nadie sabe cómo llegó a la Corte Suprema. Nadie sabía porqué el jurado falló de esa manera. Aun siendo conocido por todo el mundo, nadie había hecho una película sobre ello.
Al principio pensé que si nadie se había embarcado en el proyecto era porque sería una historia aburrida y que nadie querría verla. Cuando me contaron la intrahistoria del caso, llena de intrigas y conspiraciones, me di cuenta de que era algo valioso cinematográficamente por toda la corrupción. Esta narrativa también es afín a mis creencias personales. Cuando me dijeron «Nick, tienes que hacer una película sobre Roe v Wade», lo primero que pensé fue: ¿por qué iba a hacer yo una película a favor del aborto? Soy provida. Pero no es una historia proelección [prochoice].
–¿Por qué decidió contarlo desde los ojos del doctor Nathanson y no de Norma McCorvey (Jane Roe), por ejemplo?
–Todo el mundo piensa que Jane Roe fue parte importante del caso, pero en realidad no formó parte de él. Básicamente, la conocieron, la utilizaron para la demanda y luego no volvieron a hablar con ella. Jane Roe ni siquiera supo los resultados de su caso hasta que lo leyó en el periódico. A parte de ella, había mucha gente involucrada en el caso y dimos muchas vueltas hasta encontrar a nuestro protagonista. Al principio íbamos a contarlo a través de los ojos de una de las abogadas que defendía los derechos de las mujeres, pero después nos sugirieron a Bernard Nathanson, que nos ofrecía también una historia de conversión de médico abortista a provida. En realidad, el 75 % de la película es desde el punto de vista a favor del aborto, y es los últimos 10 minutos es cuando se vuelve provida.
–¿Encontraron algún obstáculo en la realización de la película?
–Sí, todo. Fue una guerra contra nuestra película, de toda organización tratando de frenar el proyecto. Desde asociaciones, como los estados en los que filmamos, los medios…
–Y usted, ¿ha sido criticado después del estreno de la película?
–Sí. Si fuera una película proelección habría sido venerado. Estaría probablemente nominado para el Óscar [risas]. Hollywood se preocupa más de la política que de cualquier otra cosa. Por ejemplo, ahora hay este gran movimiento llamado Black Lives Matter, y, por ejemplo, uno de los personajes de la película que existe en la vida real es la doctora Mildred Jefferson. Fue la primera mujer negra que se graduó en la Escuela Médica de Harvard. La razón por la que nadie ha escuchado hablar de ella es porque pasó la gran parte de su vida luchando por el derecho a la vida. Si hubiese sido abortista, ahora habría estatuas de esta mujer y un día festivo a su nombre.
Se puede ser provida y no ser creyente
–Al final, lo que se en su película es que la decisión del jurado estuvo basada en sus propios intereses y que muchas personas detrás de los comienzos del movimiento abortista se movían por dinero; mientras que para la gente que defendía la vida era más una cuestión de principios y de derechos. ¿Qué opina al respecto?
–Creo que al principio sí que se guiaban por sus convicciones, con la intención de ayudar a la mujer. Hay muchas motivaciones detrás del aborto, pero creo que al principio eran mujeres que querían ayudar a otras mujeres y que no eran conscientes de que estaban matando bebés. Algunas personas quedaron atrapadas por el dinero, solo hay que ver a Planned Parenthood hoy. Es una de las más ricas organizaciones en el país. En el lado contrario, el movimiento provida surgió en Estados Unidos muy unido a la religión católica. Hoy eso está cambiando, se puede ser provida y no ser creyente, como yo u otras organizaciones como ateos por la vida, por ejemplo. A los provida se les acusa de fanatismo religioso porque su argumento científico se ha desvanecido.
–Si pudiera mandar un mensaje a todo aquel que va a ver su película, ¿qué les diría?
–Que no lo vean como una película sobre una ley americana, sino sobre el viaje de un hombre que encuentra la verdad sobre sí mismo y sobre la vida. También que, desde una perspectiva histórica, seamos conscientes de que aquello que mientras crecíamos, sabíamos, pensábamos y creíamos ha cambiado.