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Un niño juega en el patio del colegio

Un niño juega en el patio del colegioEuropa Press

La mitad de niños y adolescentes europeos cree que su futuro va a ser peor que su presente

Según el informe de Childfund, más de uno de cada diez niños y niñas declaran sentirse infelices con regularidad, cifra que se eleva a más de uno de cada tres en África Occidental y Central

Uno de cada dos niños y adolescentes en Europa cree que su futuro va a ser peor que su presente, según el Índice Mundial sobre los Derechos de las Mujeres y la Infancia presentado en Nueva York por ChildFund, organización de la que Educo es miembro.

El documento analiza la situación de los derechos de estos colectivos en 157 países del mundo en base a indicadores y fuentes oficiales. Además, incluye los resultados de una encuesta realizada a 10.000 niños y adolescentes de 10 a 18 años de 41 países.

En general, la infancia que vive en países europeos y que viven en entornos relativamente estables sienten más incertidumbre e infelicidad y conocen poco sus derechos. Por el contrario, en países como Tanzania o Kenia, por ejemplo, son más conscientes de sus derechos. Asimismo, más de uno de cada diez niños y niñas declaran sentirse infelices con regularidad, cifra que se eleva a más de uno de cada tres en África Occidental y Central.

«En este informe se ve claramente que en muchos contextos se siguen infravalorando los derechos de la infancia y de las mujeres. Pone delante de la sociedad una realidad de la que no siempre somos conscientes», explica la directora general de Educo, Pilar Orenes, quien destaca que el informe señala que, en general, «las sociedades actuales son menos democráticas y seguras para las mujeres y la infancia».

En el mundo, uno de cada tres niños y niñas y una de cada cuatro mujeres viven en países en los que los derechos humanos se aplican de manera muy limitada. Al ritmo actual, ambos colectivos no alcanzarán plenamente sus derechos hasta dentro de 113 años, según recoge el documento.

Mientras que se ha progresado en temas como el acceso a la información, el acceso al agua, la higiene o la salud infantil, otros como los derechos educativos se han estancado tras la pandemia. «La educación es una de las claves para salir del círculo de pobreza. Hay que garantizar que todos los niños y niñas puedan acceder a una educación de calidad. No podemos dejar a nadie atrás y tampoco podemos permitir que este derecho quede estancado», señala la directora general de la ONG.

Según el índice que incluye el informe, los países del norte de Europa lideran la protección de los derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes. Son más respetados en Suecia, Islandia y Noruega, mientras que a la cola de la lista se encuentran países como Afganistán, donde los derechos de las mujeres y las niñas corren un especial peligro, Malí, Níger, República Centroafricana y Chad.

Asimismo, y a causa de los conflictos actuales, se prevé un empeoramiento de los derechos en el Líbano y Palestina. España se encuentra en la posición número 21 de esta lista, justo detrás de Canadá y delante de Alemania.

Por otro lado, la encuesta realizada a 10.000 niños y adolescentes muestran que el desempleo, la pobreza y las epidemias están entre sus principales preocupaciones. «A la hora de realizar este informe era muy importante poder recoger la opinión de la infancia. En sus respuestas vemos sus preocupaciones, pero también sus aspiraciones. Tienen el derecho de ser escuchados y de que sus opiniones se tengan en cuenta porque sin ellos es imposible construir un mundo más justo y solidario. No solo su futuro tiene que ser mejor, también lo ha de ser su presente», afirma Orenes.

En relación a su educación, uno de cada diez niños y adolescentes tiene que trabajar. Además, en África Occidental y Central uno de cada tres niños no va a la escuela de forma sistemática.

En el caso de la inseguridad alimentaria, afecta al 14 % de la infancia. «La alimentación y la educación son dos factores que están relacionados con la felicidad de los niños y niñas. Aquellos y aquellas que van regularmente a la escuela y que no tienen problemas para comer tienden a tener niveles de felicidad más altos», explica Orenes.

Casi la mitad de la infancia que ha participado en la encuesta (cuatro de cada diez) siente inseguridad por culpa de las guerras y la delincuencia. Por último, más del 25 % de los niños cree que las personas adultas no defienden plenamente sus derechos.

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