El Hormiguero
Tamara Falcó, en 'El Hormiguero': «Hay muchísimo más de lo que yo no tenía ni idea»
En verano rezó para que Iñigo Onieva se fuese de su vida si no era su hombre ideal: «Lo que no sabía era que los planes de la Virgen eran quitármelo en la televisión nacional»
«Si os gustan las sorpresas, no os perdáis el programa de esta noche, que viene cargadito», fue lo primero que dijo Pablo Motos. Segundos antes, acababa de finalizar el baile con el que se inicia el programa. Tamara Falcó fue la única que no participó en la coreografía: optó por permanecer sentada. Poco después la vimos bailar, sin mucho ánimo pero sonriente, cuando se presentó a los tertulianos.
Álvaro Morte y China Suárez abrieron el fuego. Fueron los invitados, pero no eran los protagonistas. Estaba claro que anoche ese papel le correspondía a la hija de Isabel Preysler y el difunto Carlos Falcó. Bromearon sobre ello las hormigas cuando tocó llamar a números telefónicos al azar para repartir los 3.000 euros de la tarjeta del programa: «Hoy lo está viendo toda España El Hormiguero. Seguro que nos lo cogen». Lo cogieron, pero justo una mujer que estaba leyendo (pero que supo responder correctamente y llevarse el premio).
Eran las 22.27 horas cuando empezó la tertulia. «Oye, Pablo, empezaremos hablando de impuestos, ¿no?», bromeó la periodista Cristina Pardo, que junto a Juan del Val, Nuria Roca y la propia Tamara integran el equipo de tertulianos.
«Todas las miradas están puestas en ti», fue al grano Motos. «Sobre todo la de mi ahijado Miguel», precisó la protagonista del programa. Contó que el crío tiene 3 años, pero que lo sabe. Sabe el «asunto», que es como se refirió el presentador a los cuernos sufridos por la tertuliana. Vaya si está al tanto el niño: «Dijo algo así como que King Kong iba a aplastar a alguien», bromeó Tamara.
Las horas críticas
Reconstruyó las horas críticas. La locura arrancó en la fiesta de inauguración de la nueva casa de un miembro del equipo de El Hormiguero. Un vídeo empezó a correr de teléfono en teléfono. «No lo vi hasta el día siguiente», aclaró Tamara. «Es del 2019», se quiso explicar Íñigo en plena juerga. «Olvídate del vídeo, vamos a disfrutar de lo fiesta», contestó ella. Es cierto que el comportamiento del prometido fue esa noche un tanto extraño: «Estaba como aislado por su lado. Pero yo pensé que no encajaba mucho con vosotros».
Tamara tiene una «híper amiga» –cuyo nombre no dijo– que fue la que finalmente le mandó el vídeo de marras, en el que el que Íñigo se besa con otra mujer. «La coartada siguió siendo que era del 2019. Él lo defiende perfectamente delante de los medios. ¿Lo visteis?». Lo vio toda España.
El consejo de Isabel Preysler
Lo de hablar ante los medios fue un consejo de su madre, Isabel Preysler. Esta fue la conversación a tres bandas por teléfono.
Isabel Preysler: Se está montando una…
Tamara Falcó: El vídeo es de 2019.
Isabel Preysler: Entonces tenéis que decirlo.
Íñigo Onieva: No te preocupes, Isabel, sin problema.
Isabel Preysler: Tamara, tú no digas nada.
Este último consejo no lo aplicó. Ya cuando la entonces pareja se iba, después del monólogo de Íñigo, un periodista preguntó a Tamara si perdonaría unos cuernos. La respuesta de nuestra protagonista fue contundente: «¿Estamos locos o qué?».
Al día siguiente, «la vida volvía a ser preciosa». Fueron a una boda. De vuelta, llamó a su madre «súper contenta». Pero la Preysler no estaba feliz, no: «Me dice: ‘Tamara, hay más vídeos’». La prometida le pide que tenga confianza en Íñigo, porque si hay más pruebas la verdad acabará saliendo a flote y entonces será el momento de negársela.
Pero ella misma deja de tener esa confianza cuando ve un vídeo nuevo en Sálvame. Es entonces cuando le suelta a Íñigo la famosa frase. Le dice: «Que sepas que me da igual que hayan sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso, como esto sea verdad, esto acaba». «Encima no sé ni qué es el metaverso. Me suena algo como de Doctor Who. ‘Nano’ yo sabía que era muy pequeño», bromeó anoche en El Hormiguero.
Le dijo más: «Esto es como un espejo al que le pegas un martillazo». Le recordó que «la relación estaba basada en la confianza» y que él la había quebrado.
Íñigo acabó confesando. Y ella reaccionó en consecuencia: «Dejé el anillo, cogí a mis perras, vino una amiga a por mí y fui a casa de mi madre. Y empezó a salir todo».
Porque no solo era cuestión de un vídeo o dos. «Hay muchísimo más de lo que yo no tenía ni idea», añadió.
Sin marcha atrás
«Sé que es un alivio, pero es duro mientras lo estás haciendo», recordó el momento de la ruptura. «Fue complicado. Me voy a quedar con lo bueno. Vinieron todos mis amigos. Llegó mi hermana. Bueno, también tenía un trabajito, jaja…». «Gracias a mis amigos por hacerme ver con quién me iba a casar, porque me he librado», remarcó.
No habrá marcha atrás: «No sé si lo habéis eliminado [de la agenda], pero el 17 de junio está libre», aclaró a sus compañeros de mesa, en relación a la fecha prevista para el enlace, que feliz había revelado en El Hormiguero la semana anterior.
Motos le preguntó cómo ha vivido esta situación desde el punto de vista religioso. «Claro que me refugié en Dios. Y sobre todo me acordé del momento en el que estoy rezando en mi verano: ‘Si no es el hombre para mí, por favor quitádmelo’. Lo que no sabía era que los planes de la Virgen eran quitármelo en la televisión nacional. Igual la siguiente vez tengo que especificarlo un poco», contó entre risas.
Se le vio sonriente y bromista, aunque confesó estar aún en «estado de shock». Calcula que ese sensación le durará «ocho días» y después pasará a oscilar entre «la pena y la ira».
Y es que en la mesa hubo mucho tiempo para el humor. Contó lo que le dijo su hermano Enrique Iglesias: «Tengo un novio ruso para ti». Y hubo muchas risas. También resonaron carcajadas cuando Juan del Val le dijo que Íñigo Onieva merecería ser abandonado por haber anunciado su boda como un «engagement».
Discusión con Juan del Val
Con el polémico marido de Nuria Roca mantuvo a continuación un tira y afloja. Sostuvo el hombre que la fidelidad es «antinatural». Y por ahí Tamara no pasó. No era el día para ser tolerante, con el «asunto» aún tan fresco: «Que no somos monos, que tú controlas tus impulsos», replicó. «Pregúntale al tuyo», contestó Del Val.
«Yo al mío no le vuelvo a preguntar nada», sentenció Tamara. «Yo conozco a mucha gente que es fiel y que es feliz». Con ese mensaje quiso acabar el programa en el que la hija de la Preysler habló sin filtro de su ruptura amorosa.