El político con el que José María García se llevó un desengaño: «Se nos ha convertido en un triste, lamentable, penoso y ridículo 'showman'»

Tantos años después de su adiós a las ondas, José María García sigue teniendo ese magnetismo con el que llenó miles de noches de radio. Por ello resultó corta la magnífica entrevista que Jenaro Castro hizo en Plano general al periodista deportivo más influyente de la historia de España. «Parece que fue ayer, pero hace la friolera de veinte años que me marché, y me marché porque no quería aguantar a un presidente». Esta vez no lo nombró, pero en otras ocasiones sí ha dicho que ese mandatario era José María Aznar. Decimos que dijo adiós porque no quiere que se diga que se ha retirado: «El periodista, como el médico o como el cura, no se jubila nunca».

Castro y García empezaron hablando de salud. «Estoy muy bien. El cáncer fue hace 15 años». Nombró a su familia, a Dios («soy católico practicante») y a los doctores como los tres pilares que le obligaron a superar aquel trance de salud. «Lo recuerdo con agradecimiento. Coincidió mi enfermedad con la enfermedad de algún amigo, entre ellos Paquito Fernández Ochoa, y ellos no siguen aquí». A sus 79 años, aún tiene «mil sueños sin realizar», pero asume que no habrá tiempo para completarlos. No parece importarle demasiado. Porque sus prioridades han cambiado: el García de hoy ya no quiere dar exclusivas, sino estar con sus nietas.

El Mundial del «disparate»

Con el Mundial a la vuelta de la esquina, era inevitable preguntarle sobre el asunto. Considera que la elección de sede es el «mayor disparate» que se ha cometido «en la historia del balón redondo». Tampoco apoya la Superliga: «Es un invento de alguien que lleva muchos años en el fútbol y cada vez sabe menos».

El Campeonato del Mundo de Fútbol será retransmitido, en parte, por la cadena pública: «Están próximas las elecciones, hay que hacer lo que no se ha hecho antes… Qué pena que TVE no tenga un Mundial cada año para que se encargue adecuadamente del deporte. Cuando lo hace, lo hace muy bien», dejó caer.

No tiene mucha fe en Luis Enrique, aunque le desea lo mejor: «Un gran entrenador, absolutamente equivocado porque tendría que estar contento, tendría que estar feliz. Tuvo una desgracia, la mayor desgracia que puede tener un ser humano es perder un hijo; él perdió a una hija. El comportamiento de los periodistas con él fue absolutamente increíble: de respeto, de silencio. Él lo ha agradecido dándole patadas a los periodistas». «Es un grandísimo entrenador, pero que está equivocado en muchas facetas de su vida», insistió más adelante.

Su seleccionador ideal tiene otro perfil: «Hay un modelo. ¿Quién es el que aglutinó a todo el país con España? Vicente del Bosque. ¿Quién separa este país de España [la selección española]? Luis Enrique».

«Nunca he sido millonario»

En la entrevista dejó un ramillete de sentencias muy García. «Tengo amigos y enemigos porque la unanimidad solo es propia de los tontos». «Los enemigos te hacen exigirte más». «La generosidad te hará más libre». Confesó que su mayor defecto es «la vehemencia». Calificó el separatismo como «paletismo». La televisión, como «un mal necesario». El periodismo, como «algo que se practicaba en España».

Salió el tema del dinero. No hizo fortuna jugando a las quinielas, pues confesó que nunca ha rellenado una. Fue con su trabajo como lo acumuló. En una entrevista reciente con Mercedes Milá, la periodista catalana se quedó pasmada con lo que ganaba Butanito en su día. No obstante, ante Castro bajó los decibelios: «Nunca he sido millonario. Pero ahí sí abrí una frontera: yo me hice socio de la radio con la que estaba». Más adelante, abandonó la modestia y sentenció: «Yo he sido una mina de oro para mis empresas».

Decepcionado con la política

A García siempre le ha interesado la política. Es muy recordado su papel en el 23-F, cuando contó para la SER la evolución del golpe: «Ocurrió lo menos malo», sostiene.

Es un crítico con nuestros dirigentes: «A pesar de los políticos, que son nuestra asignatura pendiente, creo en el pueblo español. Más que en la democracia, creo en el pueblo español». «Tenemos que seguir obedeciendo a quienes no están capacitadas para mandarnos», espetó en otro momento.

Castro le preguntó en qué puesto colocaría en un campo de fútbol a los líderes de PP y PSOE: «Feijóo, centrocampista. Sánchez, portero suplente». Tiene muy claro a quién mostraría tarjeta roja: «Yo me llevé un desengaño con él. Es posiblemente el tipo mejor preparado para la comunicación, Pablo Iglesias, pero se nos ha convertido en un triste, lamentable, penoso y ridículo showman. La última que ha hecho con los agentes del orden, la Policía Local de Madrid, es para no salir a la calle».