'Alcarràs' y 'Pacifiction' copan los principales premios Gaudí
La gala ha servido para homenajear al recientemente fallecido director mallorquín Agustí Villaronga
Alcarràs, de Carla Simón, y Pacifiction, de Albert Serra, han acaparado los principales galardones de los XV Premios Gaudí del cine catalán, en los que Un año, una noche, de Isaki Lacuesta, ha conseguido cinco estatuillas, en una gala marcada por el recuerdo al malogrado Agustí Villaronga.
En las más de tres horas que ha durado la gala el nombre del fallecido director mallorquín Agustí Villaronga ha planeado por la sala oval del MNAC en un homenaje sentido y emocionado para el director de Pa negre o Incerta glòria, por haber defendido «un cine diverso, inclusivo y feminista»; también han sido recurrentes las palabras en contra de las «violencias machistas».
Alcarràs, de Carla Simón, y Pacifiction, de Albert Serra, han ganado los Gaudí a Mejor película y a Mejor película en lengua no catalana, respectivamente, en una edición con premios muy repartidos que también han reconocido los méritos de Suro, con los galardones a Mejor dirección novel para Mikel Gurrea y mejores interpretaciones protagonistas, y de Un año, una noche, de Isaki Lacuesta, que se ha llevado cinco estatuillas.
La ceremonia de entrega de los XV Premios Gaudí no ha dejado prácticamente ninguno de los títulos más nominados sin recompensa, pues además han obtenido dos galardones La maternal, de Pilar Palomero, y otros dos Los renglones torcidos de Dios, de Oriol Paulo.
En cuanto a los dos largometrajes reconocidos con los principales premios, Alcarràs ha ganado también los Gaudí a Mejor dirección, para una Carla Simón que ya lo había levantado con Verano 1993 y que hizo historia el año pasado con el Oso de Oro en el Festival de Berlín; a Mejor guion original para la propia Simón y Arnau Vilaró, y a Mejor dirección de producción para Elisa Sirvent; a los que se ha sumado el Premio especial del público.
En el caso de Pacifiction, que la semana pasada se llevaba tres premios Lumière en Francia, la Academia del Cine Catalán lo ha reconocido con los Gaudí a la Mejor dirección artística para Sebastian Vogler y a Mejor fotografía para Artur Tort.
En el palmarés interpretativo han brillado actores y actrices con trabajos que se retroalimentan: Pol López y Vicky Luengo, que han conseguido los premios a Mejor actor y actriz protagonistas por sus papeles en Suro.
Por su parte, Ángela Cervantes ha conseguido su segundo Gaudí consecutivo (el año pasado, por Chavalas), los dos como Mejor actriz secundaria, y su hija en la ficción de La maternal, la joven Carla Quílez, de solo 14 años, que se ha erigido como vencedora en la nueva categoría de Mejor interpretación revelación, después de llevarse la Concha de Plata en el pasado Festival de San Sebastián.
Los galardones en las categorías interpretativas se completan con el Gaudí a Mejor actor secundario para Alex Brendemühl por su personaje en Historias para no contar, de Cesc Gay, segunda estatuilla que levanta después de la conseguida en 2010 con Las dos vidas de Andrés Rabadán.
La película más premiada en los Gaudí de este año ha sido Un año, una noche, con los reconocimientos a Mejor guion adaptado para Isaki Lacuesta, Isa Campo y Fran Araújo; Mejor montaje para Sergi Dies y Fernando Franco; Mejor música original para Raül Refree; Mejores efectos visuales para Laura Pedro; y Mejor sonido para Amanda Villavieja, Eva Valiño, Alejandro Castillo y Marc Orts.
Reconocimiento a las mujeres
Siguiendo la tendencia de los últimos años, los Gaudí han vuelto a reconocer el talento de las profesionales, con hasta 12 galardones nominativos ganados por mujeres, frente a los 14 entregados a hombres.
A los de Mejor dirección, guion original y adaptado, interpretaciones femeninas y revelación, dirección de producción, efectos visuales, sonido, y maquillaje y peluquería, se han sumado los Gaudí a Mejor documental, Mejor cortometraje y Mejor película europea para tres proyectos liderados por mujeres.
Isabel Coixet se ha llevado el galardón a Mejor documental por El techo amarillo, recogido en el escenario por sus protagonistas, exalumnas del Aula de Teatro de Lleida que denunciaron a dos de sus profesores por abuso sexual durante su adolescencia.
El Gaudí a Mejor cortometraje lo ha ganado Júlia de Paz Solvas, directora y coguionista junto a Nuria Dunjó de Harta, que reflexiona sobre el impacto de la «violencia machista» en la niñez; y Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa, se ha erigido con el Gaudí a la Mejor película europea.