Siguiendo la estela de la anterior, pero con más presupuesto, Montiel rodó junto al italiano Raf Vallone este musical basado en el cuplé compuesto por José Padilla en 1914 y popularizado por Raquel Meller antes de que Sara Montiel la hiciese suya. Con esta película se convirtió en una de las actrices mejor pagadas del mundo. Cuenta la historia, en el Madrid de principios del siglo XX, de Soledad, una vendedora de violetas a la salida del teatro principal de la ciudad, joven, guapa y soñadora, que canta para distraer a sus clientes.