Cine
Por qué Judy Garland cobró la mitad que la Bruja Mala del Oeste en 'El mago de Oz'
No fue solo cuestión de experiencia previa… Las razones incluyen sucesos impactantes durante el rodaje que cambiarían todo
En 1939, El Mago de Oz deslumbró al mundo al llevar al cine una obra que parecía extraída directamente de los sueños. Con un despliegue pionero de technicolor, la película marcó un antes y un después en Hollywood, tanto por su narrativa mágica como por su impacto visual. Sin embargo, lo que ocurrió tras las cámaras estuvo lejos de ser un cuento de hadas.
Detrás de la producción se escondían sombras: problemas técnicos, lesiones y un ambiente hostil que afectó tanto al elenco como al equipo. Entre las víctimas del rodaje se encontraba la propia protagonista, Judy Garland, quien no solo soportó largas jornadas de trabajo, sino también maltratos e incluso acoso sexual, como se reveló años después. Pero no fue la única en sufrir. Margaret Hamilton, quien interpretó a la temida Bruja Mala del Oeste, pagó un alto precio físico por su participación.
En una de las escenas más icónicas de El Mago de Oz, Margaret Hamilton debía desaparecer envuelta en llamas. Lamentablemente, el sistema diseñado para esta secuencia falló, y el maquillaje grasoso que llevaba prendió fuego, causándole quemaduras graves en el rostro y las manos. Esto la llevó a pasar seis semanas hospitalizada. Aunque finalmente regresó al rodaje, se negó a participar en otra escena peligrosa que requería humo, dejando esa tarea en manos de una doble. Pero la mala fortuna continuó: el mecanismo volvió a fallar, provocando un accidente que dejó a la doble con heridas serias.
El rodaje fue un desafío no solo por los riesgos técnicos, sino también por las extremas condiciones en el set. Las temperaturas en los estudios alcanzaban los 40 grados centígrados, haciendo que los largos trajes de los actores fueran prácticamente insoportables durante las extensas jornadas de grabación, que superaban las 12 horas diarias. Uno de los que más sufrió fue Bert Lahr, el actor que interpretó al León Cobarde. Su disfraz, confeccionado con piel auténtica de león y con un peso de 40 kilos, lo hacía sudar profusamente. A pesar de que el traje era lavado cada noche, el olor persistía, y sus compañeros de reparto recordaban que estar cerca de él resultaba extremadamente desagradable.
A pesar de los horrores vividos, hay un giro inesperado en esta historia: el salario de Hamilton fue significativamente mayor que el de Garland, a pesar de que la protagonista estuvo en pantalla mucho más tiempo. Según ha contado en exclusiva para People John Fricke, experto en El Mago de Oz, Judy Garland recibió unos 9.100 euros (equivalente a unos 9.600 dólares) por su trabajo en la película.
Aunque esta cifra era notable para una adolescente que había comenzado su contrato con MGM ganando apenas 95 euros semanales en 1935, palidece frente a los 20.000 euros que Margaret Hamilton recibió, el equivalente a unos 465.000 euros actuales. ¿Por qué esta diferencia? Parte de la explicación radica en el estatus previo de Hamilton, quien llegó a MGM como una actriz consolidada de Broadway, lo que le aseguró un salario base más alto.
Pero hay otro factor clave: tras el accidente, MGM decidió continuar pagando su salario completo durante el tiempo que estuvo hospitalizada. «Para su crédito, MGM envió un memorando diciendo que mantendrían a la Sra. Hamilton con su sueldo completo durante todo el tiempo que estuviera incapacitada», explicó Fricke.
Aunque Hamilton aparece en pantalla mucho menos tiempo que Garland, su tragedia en el set y su estatus profesional hicieron que el estudio la valorara más económicamente. Esta revelación añade una nueva dimensión a la historia detrás de una de las películas más queridas de todos los tiempos, recordándonos que, tras las luces y colores del technicolor, El mundo de Oz también albergaba sus propias brujas.