Televisión
Sonsoles Ónega llora en directo en su entrevista a Albert Espinosa
La presentadora rompe a llorar con el testimonio de su invitado sobre los años en los que estuvo enfermo de cáncer
Si algo caracteriza a Sonsoles Ónega delante de las cámaras es su transparencia y su naturalidad. En más de una ocasión, la periodista no se ha reprimido los sentimientos en riguroso directo y eso es justo lo que ha pasado durante la emisión de la última entrega de su programa Y ahora Sonsoles. La presentadora recibía este jueves a Albert Espinosa horas antes del estreno de su nuevo formato televisivo, El camino a casa. La dinámica de este nuevo espacio trata de recoger los testimonios de diferentes rostros conocidos del país que cuentan los aspectos más desconocidos de su infancia. Sin duda, el contenido daba mucho de qué hablar en el plató de Atresmedia, pero lo que no se imaginaba Ónega era que el relato de Espinosa fuera a ocasionarle un mar de lágrimas delante de miles de telespectadores.
Albert Espinosa fue diagnosticado de cáncer cuando tenía 14 años y estuvo luchando durante toda una década contra él. Entre muchas de las consecuencias a las que tuvo que hacer frente a raíz de esta dura enfermedad, perdió una pierna, un pulmón y parte del hígado: «Siempre digo que no perdí una pierna, sino que gané un muñón. No perdí un pulmón, sino que aprendí que puedes vivir con la mitad de lo que tengo. El hígado me lo quitaron en forma de estrella así que pienso que tengo un sheriff dentro de mí», relataba el escritor.
Las palabras que narraban uno de los episodios más trágicos de la vida de Espinosa ocasionaron inmediatamente la incapacidad de Sonsoles Ónega de contener sus lágrimas. La presentadora del espacio televisivo se emocionaba de tal manera que no era capaz de poder continuar con la entrevista. El invitado al ser consciente de la situación intentó calmar el llanto de la comunicadora: «A mí me encanta mirar el grosor de las lágrimas de la gente y es tan precioso el grosor de tus lágrimas. Supongo que te lo habrán dicho ya», decía.
Continuando con su relato, y dando aún más tiempo para recomponerse a la conductora del programa, contaba que sus largas estancias en el hospital también le habían servido para conocer gente maravillosa que jamás olvidará: «El niño más inteligente y guapo del hospital murió con 11 años, y él siempre me decía que quería volver a hacer el camino a casa. Yo me quedé con esa idea y cuando él murió, quería que lo incinerasen y que nos regalasen a todos relojes de arena, pero que, en lugar de arena, tuvieran sus cenizas. Quería que con eso entendiéramos que la muerte era vida. Este programa (El camino a casa) lo hice en honor a él. Creo que le hubiera hecho muy feliz ver tu emoción. ¿Te puedo abrazar?». Sonsoles, intentando recomponerse, aceptaba su invitación y ambos se fundían en un emotivo abrazo. Minutos después, la presentadora explicaba que su manera de contar su historia era «mágica» y que, sin duda, la naturalidad que había utilizado para poder comunicarse era muy conmovedora.