Diccionario de expresiones de José María García para ver la serie Supergarcía

Este lunes 29 de mayo se estrenó en Movistar+ Supergarcía, la serie documental de tres episodios creada por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega sobre el periodista deportivo José María García. Inventor y desarrollador de la radio deportiva nocturna en España. Y, como consecuencia, culpable del insomnio de muchos españoles en los años 80 y 90. En los años 2000, no tanto. Porque García, como recuerda la docuserie, se marchó de las ondas en 2002 para no volver.

Han transcurrido ya más de 20 años desde la retirada de José María García de la radio, pero permanecen en el recuerdo muchas de sus expresiones y adjetivos, asociados en no pocos casos a los insultos y menosprecios lanzados a dirigentes, entrenadores y jugadores del fútbol español. Y si falla la memoria, siempre podemos recurrir al libro de Vicente Ferrer Molina sobre el periodista deportivo titulado con la fórmula con la que iniciaba sus programas: Buenas noches y saludos cordiales (José María García. Historia de un periodista irrepetible). Uno de sus capítulos, titulado con tres adjetivos utilizados de forma recurrente por García (Abrazafarolas, chupópteros y correveidiles), dedicado precisamente al lenguaje (¿o deslenguaje?) de José María García.

• «Abrazafarolas». Forma elegante de llamar borracho a alguien que no está recogida en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. También aplica, según la Fundéu, a «los que se van a la luz que más ilumina, caso de los pelotas».

• «Bulto sospechoso». José María García no tenía reparos en llamar así a los árbitros que no eran de su gusto. Que no eran pocos, precisamente.

• «Chupóptero». Este vocablo sí que aparece en el diccionario de la RAE. Primera acepción: «dicho de una persona que, sin prestar servicios efectivos, percibe uno o más sueldos». Segunda acepción: «dicho de una persona: que se aprovecha de otras». En ambos casos, la entrada explica que, además de poder utilizarse también como sustantivo, se trata de un adjetivo despectivo utilizado de forma coloquial. Que se lo digan a García…

• «Correveidile». Con la letra C como inicial hemos seleccionado otro término del diccionario al que José María García recurría con frecuencia. «Persona que lleva y trae cuentos y chismes». Y aún podríamos haber elegido también otra lindeza de García como «cantamañanas».

• «Del tres al cuarto». Para enfatizar sus descalificaciones, pero también para ganar tiempo para pensar en las siguientes, García usaba la expresión «del tres al cuarto» precedida por el menosprecio en cuestión.

• «División de opiniones». No tendría nada de especial que José María García pronunciara esta expresión si no fuera por la coletilla que venía a continuación al hablar de las protestas del público ante la actuación del árbitro. «Hay división de opiniones: unos se acuerdan de su padre y otros, de su madre».

• «Estómago agradecido». García contaba con dos expresiones con las que cocinaba sus insultos. Una, cuando llamaba «estómago agradecido a alguien. Y otra, aún peor, cuando decía de una persona que era «maestro del buen comer y catedrático del buen beber».

• «Gracias por la atención prestada». Además de dirigir y presentar su programa nocturno, García también estaba al frente de las largas retransmisiones de los partidos

• «(El)imperio del monopolio». García, cuando trabajaba en la COPE, no se refería a su rival mediático como el Grupo Prisa (Cadena SER), sino como El imperio del monopolio. Cuando eso ocurría, en los no tan lejanos años 90, uno sabía que, durante unos cuantos minutos, García iba a hablar poco de deporte.

• «Inepto». García usaba este adjetivo con cierta frecuencia y esta vez sin rodeo alguno. A veces también se escuchaba al periodista decir aquello de «no ha venido a servir, sino a servirse».

• «Lametraserillos». García siempre se ha mostrado especialmente crítico con los pelotas (aunque él también haya peloteado a la gente en sus entrevistas, que aquí nadie está libre de culpa), una palabra que a veces sustituía por otra más gráfica como lametraserillos. Como si así fuera más cariñoso…

• «Maricón el último». Con la letra M recordamos términos como «mindundis» y expresiones como «malo de solemnidad» con la que García calificaba a algún árbitro, pero también una frase, utilizada en el sentido de premura, por la que en estos tiempos sería duramente criticado: «¡Maricón el último¡».

• «Ni una mala palabra, ni una buena acción». La frase de José María García, referida a Emilio Butragueño, tomaba forma de elogio en su primera mitad, pero solo para hacer más daño con la segunda. Y en este caso, como en tantas otras ocasiones y con tantas otras personas (Míchel, Pedro Delgado y un largo etcétera), García se equivocaba.

• «Ojo al dato». Hubo un tiempo en el que en toda imitación de José María García, como la de Juan Muñoz, compañero de José Mota en el dúo Cruz y Raya, no podía faltar la frase «ojo al dato», completada con el vocativo «señores».

• «Pablo, Pablito, Pablete». A la cabeza de los dirigentes perseguidos a través de las ondas por José María García se encontraba, muy a su pesar, Pablo Porta, que fue presidente de la Federación Española de Fútbol entre 1975 y 1984. Cuando García entonaba la frase «Pablo, Pablito, Pablete», uno ya sabía perfectamente lo que venía después.

• «Saludos cordiales». Precedidos por un «buenas noches», García comenzaba sus programas con sus característicos «saludos cordiales».

• «(El) tiempo, ese juez insobornable que da y quita razones y pone a cada uno en su sitio». García también se ponía en ocasiones en modo filosófico y soltaba expresiones como esa.

• «(Las) verdades del barquero». José María García no tenía reparos en presumir de «cantar y contar las verdades del barquero». Bueno, para entender mejor su entonación y sus pausas, lo mejor es que lo escribamos así: «cantarrrrrrr… y contarrrrrrrrrrr…. las verdades del barquero».

• Bonus track: «Tribuletes de pesebre», «es de juzgado de guardia», «¡qué pena!», «el rumor es la antesala de la noticia», «meapilas», «soplagaitas», «caducos», «trasnochados»... García no dejaba, no deja, títere con cabeza. Como cuando se refirió así en antena a la participación de España en natación en unos Juegos Olímpicos cuando nuestro deporte aún no tenía el nivel que luce desde hace tiempo. «Éxito sin precedentes del equipo español de natación: han ido 17 y han vuelto los mismos: no se ha ahogado ninguno».