Una escena de Cruel Summer
Series con sabor a verano: dramas juveniles, islas peligrosas y campamentos sangrientos
Teleficciones en las que el estío es protagonista, relatos que suceden en estos meses soleados y no en cualquier otro
La cercanía de las vacaciones atrae los tópicos: libros para leer en la playa, artilugios que no puedes olvidar en tu maleta o diez tendencias de moda para pasear tope-guay por el malecón. Vencidos por la modorra vespertina, esta sección no iba a dejar escapar un lametón al dulce helado de las listas. Un ránking con lo mejor del 2023 hasta ahora —una tendencia que, por San Juan, ha adquirido mucha fuerza en los últimos años— resultaría un poco estafa, puesto que uno no puede ver todo, ¡como para espigar de ahí lo más potente! De manera similar, la típica lista de series para maratonear este verano siempre llevará el colgajo de «arbitrario».
Así pues, los límites escogidos para esta lista también son caprichosos, pero al menos mantienen un contorno definido: teleficciones en las que el estío sea protagonista, relatos que sucedan en estos meses soleados y no en cualquier otro. No vale, pues, recordar que en Breaking Bad hace un calor que flipas o mencionar ese Don Draper leyendo el Infierno de Dante en una tumbona de Miami. No, no. Queremos un verano rotundo, caluroso, nostálgico, que huela a Nivea, frecuente campamentos scouts y anuncie primeros amores. Los vigilantes de la playa nos valdría, pero buscamos praderas más modernas y, ejem, un pelín más sofisticadas.
Seguro que al lector avispado se le ocurren más (la comedia «tenística» Red Oaks, la romanticona El verano en que me enamoré), pero aquí desgranamos una tanda de series con auténtico aroma a canícula.
Stranger Things (Netflix)
Eleven es el personaje protagonista de Stranger Things
Solo la tercera temporada de este emblema de Netflix ocurre explícitamente durante el verano (el de 1985, para ser precisos, cuando se abre en Hawkins el Starcourt Mall). Sin embargo, toda la serie bebe de un efluvio que nos retrotrae a las largas vacaciones de infancia, aquellos paraísos perdidos. Ahí están esas tardes interminables jugando a rol, los paseos en bicicleta, el temblor ante el estreno en junio del 84 de Los Cazafantasmas… En las andanzas de este puñado de niños que se enfrentan a las fuerzas del Mal late agosto como un espacio mental: el de la eterna aventura.
American Horror Story 1984 (Disney+)
Una escena de la última temporada de American Horror Story
Fogatas a cielo abierto que preludian baños de sangre, siniestros secretos que pugnan por salir a la luz, espectros en busca de venganza y asesinatos siempre salvajes. El slasher, esa variante del terror que educó en el grito a la generación X con obras de culto como Viernes 13, Campamento sangriento o Pesadilla en Elm Street, reverdeció en la novena temporada de American Horror Story. La serie creada por Ryan Murphy y Brad Falchuck inventó la serie antología, esto es, aquella que reinicia la trama, la historia y los personajes en cada temporada (luego vendrían Fargo, True Detective y un largo etcétera). Tras haberle dado un revolcón genérico a los tropos de la casa encantada, el psiquiátrico, las brujas, el circo y un sinfín de confines terroríficos, en su novena temporada American Horror Story amalgamó el homenaje y la subversión en una historia que necesita al verano como respirar; en concreto uno donde todas las aguas acaben tornándose de color rojo-sangre para un baño de espanto.
The White Lotus (HBO)
El recibimiento de los trabajadores del complejo hotelero White Lotus
De ese mismo formato de la serie antología se sirve el sugerente Mike White para explorar lugares idílicos de vacaciones. En la primera temporada, Hawaii asoma con sus erupciones metafóricas; en la segunda, esa Sicilia con un voluptuoso sabor a albahaca y ajo. Son entornos paradisíacos a los que el relato les pega una voltereta, enfocando los márgenes del lujo, satirizando tanto el capricho de clase alta como el hormigueo que genera a su alrededor y exhibiendo, en fin, una colmena humana que va derritiéndose entre lo turbio, lo hipócrita y lo ingenuo.
Cruel Summer (Amazon Prime)
Los protagonistas del drama juvenil Cruel Summer
Un pueblo de Texas. Adolescencia y años noventa. La más popular del instituto, Kate Wallis, desaparece misteriosamente. En contraste, Jeannette Turner —una chica solitaria, una nerd de manual— asciende vertiginosamente en la escala social; es como si hubiera acaparado el espacio dejado por la desaparecida. ¿Y si Jeannette está implicada en el extraño desvanecimiento de Kate? Un drama juvenil con todas sus espinillas (amoríos, envidias, transformación física), que se combina con el enigma criminal. Lo que convierte a Cruel Summer en una propuesta diferente —multiplicando la eficacia adictiva del relato— es su atrevida arquitectura narrativa: cada episodio mezcla eventos del relato sucedidos en 1993, 1994 y 1995, de modo que causas y consecuencias chocan sin cesar. La segunda temporada se estrena en España en agosto.
Outer Banks (Netflix)
Una escena de la primera temporada de Outer Banks
Si uno mira Google Maps verá que la isla barrera de Outer Banks es la versión XXL de La Manga del Mar Menor. Eso sí, acho, en lugar de Murcia nos ubicamos en Carolina del Norte, con la frondosidad del Atlántico, yeah. Estas lenguas estrechas de arena conforman un preciado lugar de vacaciones… con mucha historia (los más curiosos pueden buscar sobre la isla de Roanoke, para salivar). Ahí, con sus kilométricas playas, sus cuerpos esculturales, su peña surfeando y sus barquitos para hacer buceo, la serie Outer Banks sigue a un grupo de jóvenes locales y sus disputas con los pijitos que vienen de vacaciones. ¿El giro inesperado? La búsqueda de un tesoro proveniente de un barco hundido en el siglo XVII (de nuevo, para los curiosos: el Royal Merchant). Amores, aventuras, traiciones, persecuciones, peleas, gente guapa y un éxito que enfila ya su cuarta temporada sabiendo a verano.
