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Los niños de Winton ya se encuentra disponible en cines españoles

Los niños de Winton se estrena este viernes 22 de marzo en los cines españolesDiamond Films España

Crítica de cine

'Los niños de Winton': la conmovedora historia del hombre que salvó a 669 niños judíos del exterminio nazi

Anthony Hopkins ofrece otra interpretación soberbia en esta interesante película dirigida por James Hawes

Llega a la gran pantalla otra película de rememoración de los estragos del nazismo. En esta ocasión, el veterano de la televisión James Hawes estrena su primera producción para la pantalla grande, después de cuarenta televisivas. Más allá de que esta trayectoria se nota un poco en el planteamiento estético y narrativo del filme, Hawes nos presenta un episodio poco conocido en nuestras latitudes, como es el esfuerzo que el socialista británico Nicky Winton hizo para salvar niños judíos de Checoslovaquia entre 1938 y 1939.

El guion se basa en la biografía escrita por su hija, Barbara Winton y publicada en 2014 If It's Not Impossible: The Life of Sir Nicholas Winton. La cinta va alternando dos periodos narrativos. Uno se sitúa a finales de los años ochenta, cuando un anciano Winton (Anthony Hopkins) decide dar alguna utilidad a sus archivos y fotografías de la época en la que rescataba a los niños. El otro, a modo de flashback nos lleva a 1939 cuando Alemania se anexiona los Sudetes y Winton (Johnny Flynn) decide viajar a Praga para ayudar como voluntario en el éxodo de refugiados que se origina ante la amenaza nazi. Winton junto con otros tres activistas, Doreen (Romola Garai), Trevor (Alex Sharp) y Hana (Juliana Moska), ponen en marcha un complicado sistema a contrarreloj para sacar a los niños de Checoslovaquia en tren y llevarlos a Londres.

La parte ambientada en Checoslovaquia resulta algo académica en su aspecto cinematográfico, pero los hechos que cuenta tienen suficiente entidad como para interesarnos. Llama un poco la atención que la actriz británica Helena Boham-Carter haga de madre del protagonista por su escasa diferencia de edad. Los secundarios tienen mucha fuerza y hace que el conjunto resulte menos plano. Sin embargo, la trama de los ochenta, quizá por la soberbia interpretación de Hopkins, va creciendo progresivamente para ofrecernos en su tramo final algunas secuencias sumamente emotivas. Por otra parte, la relación del anciano Winton con su mujer es enternecedora, y el final del filme es brillante y delicioso.

Detrás de la historia late una reflexión sobre la tercera edad, cuando parece que uno ya no puede hacer nada relevante y que la vida no tiene objeto. En este filme se muestran los frutos perdurables de una vida fecunda y entregada, y el valor de una vida plena. También es interesante el valor que se da a la fotografía, en especial a los retratos, como memoria que mantiene moralmente vivos en el presente a los que ya desaparecieron. Una película, por tanto, no demasiado original en cuanto temática, pero con elementos que la hacen valiosa e interesante. Aunque quizá en otras manos hubiera tenido más fuerza, es una propuesta recomendable y también, en cierto modo, reconfortante. La cinta comienza con una famosa frase del Talmud: «Quien salva una vida, salva al mundo entero».

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