Los 20 años de Peppa Pig, la serie que hizo saltar a la Reina Isabel II sobre charcos de barro
Aunque siga teniendo cuatro años, Peppa se nos ha hecho mayor: cumple 20
Pocos días después de la boda de Don Felipe y Doña Letizia en aquella inesperada lluviosa mañana de mayo en Madrid, se estrenaba en Reino Unido una serie infantil cuya primera imagen era la de una casa, en la loma de un monte, bajo una lluvia también torrencial. El título de la serie, Peppa Pig; el del primer episodio, Charcos de barro. Dos cerditos con rasgos antropomorfos miran desolados por una de las ventanas, contrariados por no poder salir a jugar. Son Peppa y su hermano pequeño, George, que está obsesionado con los dinosaurios y, en vez de spaghetti, dice que toma «piguetis». Peppa y George son los hijos de Papá Pig y Mamá Pig, así que los cerditos no son dos, ni tres, como estábamos acostumbrados, sino cuatro.
Eso en su hogar, porque también están Abuelo y Abuela Pig, Susy Sheep, Candy Cat, Danny Dog, Zoe Zebra, Pedro Pony, Rebecca Rabbit, Emily Elephant, Freddy Fox, Madame Gazelle y muchos más. Como el doctor Brown Bear, el médico que presume de no ponerse nunca malo y justo después cae enfermo, y que receta un jarabe para la tos que podrá ser muy efectivo, pero que a los niños les sabe a «salsa de tomate con calcetines». Mejor no probarlo. Ni el jarabe ni la mezcla. La salsa de tomate, para los «piguetis».
Se cumplen ahora 20 años de aquella entrada de Peppa Pig en la televisión británica y, poco a poco, en millones de hogares de todo el mundo. TVE comenzó a emitirla en 2010 a través del canal Clan. Después lo haría Disney Jr. Ahora, Peppa Pig se puede ver de forma lineal en Clan y está disponible bajo demanda en Disney+ y Netflix (seis temporadas), Max (cuatro temporadas), Amazon Prime Video (tres) y Movistar+ (una), además de RTVE Play y en YouTube, que ayudó a su expansión.
Peppa cumple ahora 20 años aunque siga teniendo cuatro. Mientras, millones de niños sí han crecido con ella, con su familia y con sus amigos, para nostalgia de esos padres que en su día no podían sacarse de la cabeza la sintonía de la serie y que ahora, probablemente, darían cualquier cosa por volver a esa época.
En los últimos años se han hecho fuertes series infantiles como La Patrulla Canina y Bluey, la muy recomendable producción australiana convertida en furor mundial que, en solo unos minutos, los que dura cada episodio, refleja como ninguna otra la infancia, la paternidad, el aprendizaje y tantas otras aristas de la vida. Peppa salta ahora con menos fuerza sobre los charcos de barro, pero sigue brincando para alegría de los niños de ahora, y desahogo de sus padres.
Al universo de Peppa Pig llegó a sumarse la Reina Isabel II de Inglaterra, cuyo personaje no tenía reparos en saltar también sobre los charcos de barro, en uno de los capítulos más bonitos y recordados de la serie.
Más allá de los números de su explotación comercial, ese detalle revela la trascendencia de Peppa Pig. También otro, a modo de anécdota, aunque el personaje que lo protagonizó no se acerca, ni de lejos, a la Reina Isabel II de Inglaterra.
Mientras pronunciaba un discurso en calidad de Primer Ministro ante la Confederación Nacional de Empresarios, Boris Johnson se quedó en blanco. Para intentar salir del paso, le dio por improvisar y contar qué había hecho el día anterior: visitar con su hijo el parque temático de Peppa Pig. «Me encanta. Peppa Pig World es mi tipo de lugar, con calles muy seguras y disciplina en las escuela», comentó, hasta que su cerebro encontró una conexión. «¿Quién podría creer que un cerdo que parece un secador de pelo a lo Picasso, un cerdo que fue rechazado por la BBC, ahora se exportaría a 180 países con parques temáticos tanto en Estados Unidos como en China?», se animó a decir Boris Johnson. Peppa le debió de ver tan perdido que, en vez de saltar con él, le ayudó a salir del charco.