El dato real que desmonta la épica carrera de Stallone como Rocky hasta la escalinata

Sylvester Stallone tenía 30 años cuando, en 1976, rodó Rocky. Ahora acaba de cumplir 78, seis peldaños más que los escalones del Museo de Arte de Filadelfia que subía como Rocky Balboa bajo las notas de una de las canciones más motivadoras de la historia del cine: el tema Gonna Fly Now compuesto por Bill Conti.

Los Rocky Steps del Museo de Arte de Filadelfia, que aparecen también en otras entregas de la saga, han sido desde entonces escenario de innumerables recreaciones anónimas de la escena protagonizada por Sylvester Stallone. Anónimas, salvo en alguna ocasión especial. Por ejemplo, cuando tres chicos que subieron corriendo los 72 escalones que conducen al Museo de Arte de Filadelfia, imitando como tantísimos otros a Rocky Balboa, escucharon una potente voz que les resultaba familiar: «¡Habéis subido muy rápido. Me vais a hacer quedar mal!». El simpático reproche, en efecto, venía del propio Sylvester Stallone, que amablemente se hizo una foto con sus tres admiradores.

Un año después de ese momento, en 2016, Sylvester Stallone fue nominado al Oscar como mejor actor de reparto por Creed: La leyenda de Rocky, 40 años después de ser nominado al Oscar al mejor actor y al mejor guion original por Rocky. Al igual que entonces, Stallone tampoco pudo llevarse su estatuilla porque el ganador del Oscar al mejor actor de reparto fue Mark Rylance por El puente de los espías.

Rocky ganó en 1977 tres de los 10 Oscar a los que optaba: mejor película, dirección (John G. Avildsen) y montaje. Sylvester Stallone se convirtió en la tercera persona en ser nominada al Oscar como actor y guionista en el mismo año, algo que solo habían conseguido hasta entonces dos leyendas del cine como Charles Chaplin (por El gran dictador) y Orson Welles (por Ciudadano Kane). Pero, sobre todo, Sylvester Stallone consiguió con Rocky salir de la precaria situación económica en la que se encontraba. Eso y pasar a la historia del cine.

Un periódico de Filadelfia realizó un estudio para calcular la distancia que en teoría cubría Rocky Balboa durante las escenas de entrenamiento de Rocky II. Según los lugares que aparecen en la pantalla, la distancia de su recorrido era superior a la de una maratón: 49 kilómetros y 262 metros. Y aun así, como se puede ver en el vídeo, tenía fuerzas como para esprintar antes de subir los 72 escalones del Museo de Arte de Filadelfia.