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06 de septiembre de 2024

Tarantino

Tarantino, en una imagen de archivoGTRES

Cine

La mejor escena de la historia del cine, según Tarantino: «Es perfecta»

Confesó que es el motivo por el que quiso convertirse en cineasta

Considerado uno de los directores más importantes e influyentes del cine moderno, Quentin Tarantino ha establecido un estilo distintivo que legiones de espectadores han llegado a adorar. Desde Reservoir Dogs hasta Once Upon a Time in Hollywood, el autor invoca en cada película unas características estilísticas propias influenciadas, en gran medida, por sus cineastas de cabecera.

Esta mezcla de técnicas ha llegado a conocerse como tarantinesque. Elementos de la Nouvelle Vague francesa, el cine clásico de Hollywood o las películas de artes marciales son visibles en cada una de sus obras, creando una amalgama única en la que se puede llegar a intuir Bande a part de Jean Luc Godard –por la que bautizó a su compañía de producción, A Band Apart–, la icónica Taxi Driver de Scorsese o Río Bravo, de Howard Hawks.

Sin embargo, hay una que lo ha influenciado más que ninguna otra. La misma que considera «la película perfecta» y su «favorita de todos los tiempos»: El bueno, el feo y el malo. Dirigido por Sergio Leone, el épico espagueti western de 1966 protagonizado por Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach hizo que Tarantino quisiera ser director de cine.

Desde entonces, está presente en su filmografía. No solo inspirando Django desencadenado y Los odiosos ocho, sino también películas alejadas por completo del western como Reservoir dogs con, por ejemplo, los andares arrogantes de sus gánsteres como si fueran los míticos cazarecompensas. El uso de la violencia estilizada, los planos generales infinitos y los primeros planos tan propios de él también se los debe a Leone.

«A fin de cuentas, creo que el artista que más ha influido en mí y en mi trabajo ha sido Sergio Leone. Esa especie de cualidad operística que aportó y la manera en que la música toma el relevo de los escenarios. Creo que es el cineasta que más ha inspirado mi trabajo», indicaba. «Después de hacer la Trilogía del Dólar –compuesta por Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966)–, ¿cómo puedes superarla? Y luego lo hizo con Érase una vez en América, y es como, ¿hasta dónde puedes llegar?», concluía.

El bueno el feo y el malo

En una entrevista con fans llegó a explicar cuál era su escena favorita: «Es fácil. Durante el duelo a tres en el cementerio de Sad Hill, la música va aumentando hasta llegar al crescendo final de la orquesta», explica. «Después de haber visto todos los planos cortos de cada uno de ellos poniéndose en posición, de repente ves el cementerio en su extensión y todas las tumbas que los rodean. Es mi plano favorito de la película, pero incluso diría que es mi corte favorito en la historia del cine». El cineasta aseguró que también que la película tiene una de las mejores líneas de diálogo: «El mundo se divide en dos categorías: los que tienen revolver cargado y los que cavan. Tú cavas».

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