Cine
La confesión más dura de Elizabeth Taylor por su romance con Richard Burton
Su tumultuosa relación con el actor provocó el rechazo de su familia
La relación entre Elizabeth Taylor y Richard Burton es, sin duda, una de las historias de amor más turbulentas y controvertidas de Hollywood. Su romance comenzó en 1962 en Roma, durante el rodaje de Cleopatra, y estuvo marcado por el drama desde el inicio. Ambos actores ya estaban casados con otras personas cuando se conocieron, lo que no solo desató un gran revuelo en la prensa, sino que incluso motivó la desaprobación del Vaticano. La relación de Taylor y Burton no se limitó a un simple torbellino emocional; se extendió a una serie de eventos que incluyeron múltiples matrimonios y divorcios, desde su primera boda en Montreal hasta una ceremonia en Botsuana, manteniendo a los medios y al público en un constante estado de asombro.
Pero el drama no se limitó al set de filmación o a los titulares de los periódicos. En una reveladora confesión del documental Elizabeth Taylor: Las cintas perdidas, ahora disponible en Max, la icónica estrella reveló en una grabación que la tormenta de críticas no solo provenía de la prensa, sino también de su propio padre, Francis Taylor. Elizabeth Taylor compartió que su padre, furioso por su decisión de dejar a su cuarto esposo, Eddie Fisher, para estar con Richard Burton –quien también estaba casado con Sybil Christopher en ese momento– la llamaba «puta».
Además, el padre de Elizabeth, que tenía problemas graves con el alcohol, no podía soportar que su hija, que a los 12 años ya ganaba más dinero que él, tuviera una carrera tan brillante. En un ataque de rabia, le dio un puñetazo tan brutal en la mandíbula que le causó daños permanentes. En la grabación, la estrella de Hollywood recordaba cómo se enfrentó a una oposición feroz desde todos los frentes.
La primera boda de Taylor y Burton, celebrada en 1964, fue una ceremonia íntima con pocos miembros del equipo de trabajo presentes. La estrella recuerda con cariño esa ceremonia, especialmente su vestido amarillo de gasa diseñado por Irene Sharaff, su cabello adornado con jacintos y lirios del valle, y el llamativo collar que Burton le regaló. El simple comunicado de Burton anunciando su matrimonio –«Elizabeth Burton y yo somos muy felices»– contrastaba con el tumulto que rodeaba su relación.
El primer matrimonio de la pareja duró casi una década antes de terminar en 1974. Dieciséis meses después del divorcio, Taylor y Burton se casaron de nuevo en 1975, en Botsuana, solo para separarse nuevamente en julio del año siguiente. Su amor, aunque intenso, estaba marcado por una serie de altibajos que incluían separaciones y reconciliaciones que mantenían a los medios y al público en vilo. Con una vida amorosa tan turbulenta y un rechazo tan intenso, la historia de Taylor y Burton sigue siendo una de las más tumultuosas en la historia de Hollywood.