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16 de septiembre de 2024

Fotograma de 'Love'

Fotograma de 'Love'

Cine

Las sorpresas de la última jornada del festival de Venecia

Pueden ser considerados como verdaderos e inesperados candidatos a los premios finales

Es una curiosa coincidencia que los dos filmes que completan el concurso en la penúltima jornada del 81º Festival Internacional de Cine de Venecia sean parte de una trilogía de sus autores y que por su calidad y originalidad puedan ser considerados como verdaderos e inesperados candidatos a los premios finales, desbaratando las previsiones de la víspera.

Wang Bing, clase 1967, es considerado como el mayor documentalista chino, no solo por el seleccionador de la Mostra, Alberto Barbera, y por un candidato como él al León de Oro de este año, Luca Guadagnino, que es uno de los productores del filme, sino también por buena parte de la crítica mundial y de los aficionados a este género

Su nuevo filme, Qing Chun (Gui) (Juventud: La vuelta a casa) concluye la trilogía dedicada a los jóvenes que trabajan en una industria textil del nordeste chino, Zhilli, cerca de Shanghai, especializada en ropa para niños para el mercado local y también internacional, otrora floreciente y ahora en decadencia, debido a los métodos de producción, dignos de un capitalismo preindustrial con patrones, que pagan poco y mal a los obreros, cuando no terminan yéndose del país sin cumplir con sus obligaciones.

Kjaerlighet (Amor) es, en cambio, la segunda parte de una trilogía dedicada a la sexualidad, el deseo y la transgresión, escrita y dirigida por un exitoso dramaturgo noruego, Dag Johan Haugerud, cuya primera parte fue estrenada en el último festival de Berlín.

La vuelta a casa, como sus dos primeras partes, fue filmada entre 2015 y 2019 y muestra la vida de estos jóvenes, a veces adolescentes aunque ya padres, que viven, comen, duermen y hacen el amor en los mismos lugares en los que trabajan, locales malsanos y sin aire acondicionado, y con míseros sueldos que les son prometidos al cabo de tres meses de trabajo y que a veces ni siquiera reciben por la fuga de los patrones.

Desde los 36 años (ahora tiene 57) Wang vive haciendo películas que documentan la mísera vida de las clases marginadas en localidades remotas que el maoísmo primero y el actual régimen ahora ocultan para no contradecir la utopía comunista.

Para conservar su independencia y evitar la intromisión de las autoridades, sus películas son producidas a menudo por compañías europeas, sobre todo francesas e italianas, que le permiten hacer sus contundentes denuncias del régimen en el que vive, sin discutir la extensión de sus películas, que muchas veces superan hasta las tres horas, cuando no se dividen en trilogías como esta que alcanzan las siete horas y media y han debido compartir los festivales de Cannes, Locarno y Venecia.

Dag Johan Haugerud tiene 60 años y divide su actividad entre el cine, el teatro y la literatura y cada filme suyo gana premios en su país y es campeón de boletería pero es virtualmente desconocido fuera de Noruega.

En Love se entrecruzan vidas y destinos de varios personajes: una uróloga, un enfermero, un geólogo, su ex mujer, un psicoanalista y una empleada municipal, todos enfrentados a momentos cruciales de sus vidas, como una enfermedad mortal o decisiones laborales o sentimentales.

Se habla de amor libre, promiscuo o sin compromisos sin que esto implique juicios morales en diálogos que podrían decirse bergmanianos, si no fuera porque no tienen la angustia ni la mortificación que el maestro de Uppsala sabía imbuir en sus películas y que en cambio son como un test de Rorschach en el que cada uno descifrará o asociará a su manera la imagen propuesta .

Una característica de ambos filmes es la absoluta prescindencia de la puesta en escena. Wang observa a sus personajes como lo que son: seres reales a los que permite expresar sus propias vidas con sus angustias y sus esperanzas mientras Haugerud se preocupa de llevar a la pantalla dramas de la vida cotidiana con las que puedan identificarse los espectadores. Y esta ha sido la verdadera e inesperada sorpresa de este festival.

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