Los hispanos de EE.UU. se revuelven contra el intento de imponerles una denominación woke
La comunidad hispana rechaza que las élites anglosajonas les impongan un término woke para referirse a ellos mismos
En un claro intento de colonización cultural e ideológica, las élites intelectuales y políticas anglosajonas de Estados Unidos trataron de imponer a la creciente, y cada vez más influyente, comunidad hispana el término «latinx» para identificarse como comunidad.
Además de una maniobra que apesta a racismo por todos lados, al tratar de encasillar con parámetros identitarios a una comunidad concreta, el intento de imponer el término «latinx» a los ciudadanos hispanohablantes responde a una estrategia más de la ideología woke para erradicar la herencia hispana en América y erosionar su fuerte identidad cultural.
Según informa Afp, los estadounidenses de origen hispanoamericano o español «repudian» el término «latinx», un término cuyos promotores defienden como inclusivo.
¿Y quién trata de imponer el palabro woke a los hispanos de Estados Unidos? Básicamente, los promotores anglosajones habituales de la ideología woke: grupos de presión lgbt, políticos demócratas, celebridades del mundo de la música pop y del cine, universidades y medios de comunicación.
Con todo, el fuerte rechazo que el término ha encontrado en la población hispana ha obligado a estos grupos a recular.
Los promotores de «latinx» defienden que es un término neutro, inclusivo y no binario. Argumentos, por otro lado, más que suficientes para rechazarlo, como bien han visto las organizaciones que representan a las comunidades hispanas.
La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos ordenó a su personal y a los miembros de la junta eliminar y no volver a utilizar el término «latinx» en sus comunicados oficiales al ser un término «muy rechazado» por los miembros de la comunidad.
También en el ámbito político se ha empezado a desaconsejar su empleo, y no solo congresistas del Partido Republicano, sino también congresistas demócratas y gobernadores de Estados, que han decidido dejar de usar «latinx» en su documentación oficial.
Según un reciente estudio del Pew Research Center, el conocimiento de la existencia del término ha aumentado entre la población hispana en los últimos años, pasando del 23 % de encuestados que dijeron conocerlo en 2019 al 47 % en 2024.
Sin embargo, a medida que ha aumentado el conocimiento de la existencia de la palabra, ha aumentado también su rechazo. El 75 % de los hispanos, según el estudio, afirman que no se debería emplear. En 2019 el rechazo era menor, del 65 %.
El Estado de Arkansas ya prohibió el término, y legisladores hispanos de Connecticut, como el representante estatal Geraldo Reyes Jr., o el senador republicano por Florida, Marco Rubio, han exigido que sus Estados sigan los mismos pasos.
Según el estudio, los términos más populares entre los hispanos para referirse a ellos mismos sigue siendo «hispano» o «latino», empleados muchas veces como sinónimos a pesar de que no lo son.
Únicamente el 4 % de los hispanos, básicamente dentro de las generaciones más jóvenes, usa el término, y ni siquiera en esas franjas de edad más bajas es mayoritario.
El 36 % de los hispanos cree que el término «latinx» es negativo, para muchos, directamente es peyorativo.
El Pew Research Center también revela otro dato importante, y es que, ante el frontal rechazo a «latinx», los promotores del término están empezando a tratar de imponer una alternativa, «latine», una nueva versión neutra, no binaria e inclusiva de «latino». Lo que sea con tal de borrar la cultura hispana de Estados Unidos.