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'Asalto al Banco Central': la serie de Netflix acusa a Manglano sin pruebas
La miniserie no aporta novedades al caso
El general Alonso Manglano, miembro del CESID (Centro Superior de Información de la Defensa), es el que orquestó el atraco al Banco Central de Barcelona para que, con la excusa de un atraco, se rescatasen de una caja fuerte documentos reservados del 23-F, fecha del golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero.
Es el hilo conductor de la serie Asalto al Banco Central que Netflix ha resumido en cinco indescifrables capítulos. Se podría aceptar la teoría de los documentos como real, pero la penúltima frase de la serie es: «hasta la fecha no se ha podido demostrar la participación de Manglano y Vilagrán en los hechos que se narran». Nos queda una ficción/real en la duda que no resuelve el director Daniel Calparsoro.
Al número 1, el Rubio, José Juan Martínez Gómez (Miguel Herranz en la serie) lo capta el capitán Manglano (buen trabajo del actor Roberto Álamo) en un campamento de la OJE (Organización Juvenil Española) para «realizar operaciones clandestinas para los servicios secretos a cuyo mando está el almirante Carrero Blanco».
Muere Carrero Blanco en un atentado. Falleció en 1975 Francisco Franco. El Rubio, que ya es experto en atracos, es detenido por ser anarquista al regresar de Francia. Le amnistían. El 23 de febrero de 1981 el TCol. Antonio Tejero da un golpe de Estado. En el Congreso le acompaña el capitán Sánchez Valiente. Tejero le entrega la carpeta con los documentos del 23-F para que la deposite en una caja del Banco Central de Barcelona, y él se vaya a Londres.
El mes de marzo, Manglano cita en Perpiñán a José Juan Martínez, el Rubio. Son viejos conocidos, y le propone que «cometa un atraco al Banco Central para que saque de la caja 156 una carpeta con documentos, hagan un agujero en el sótano para huir y se lleve los 800 millones de pesetas que hay en la caja fuerte como pago por su trabajo».
Los once asaltantes se reúnen en el bar Ortez días antes del golpe. El propietario Manuel Vilagrán, anarquista, conoció a El Rubio en la cárcel y será el enlace para sacar la carpeta del Banco. El 23 de mayo a las nueve de la mañana se produjo el asalto. El número 1 y el número 2, José María Cuevas, extraen la carpeta de los documentos y se los entregan a Vilagrán, que sale con el primer grupo de rehenes, que intercambian por comida y tabaco.
Vilagrán se ve en un coche con Manglano y le entrega la carpeta. En el Banco crece la tensión hasta que se comprueba que no hay guardias civiles y entran los GEO. Los asaltantes salen entremezclados con los rehenes por la puerta principal. El comisario de la Brigada Antiatracos (magnífico trabajo de Isak Ferriz) descubre por los tacones de sus zapatos al número 1, El Rubio, en el autobús. Es detenido.
El comisario le toma declaración y cuenta toda esta versión de Manglano, pero entra en la sala el jefe del comisario y le dice «que se tome unas vacaciones». También visita en la cárcel el propio Manglano a José Juan Domínguez recomendándole que cambie se declaración y diga que es un atraco y su familia, con los fondos reservados, no tendrá problemas para vivir bien. El Rubio cambia su declaración. El juicio sentencia que fue un atraco por motivos económicos y sólo cumple ocho años de cárcel. En la actualidad, mantiene su primera versión de los motivos, señalando a Manglano, pero pocos le creen.
Una serie que no aporta novedades en su contenido. Se entremezclan con el asalto referencias reales en el comienzo de cada capítulo que desorientan al espectador. Se podría resumir la serie en tres capítulos y tendría más impacto. Los tres protagonistas, Miguel Herrán, María Pedraza y Hovik Keuchkerian salvan con creces un guion gris.