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Segunda semifinal del 'Grand Prix de la Navidad'

Segunda semifinal del 'Grand Prix de la Navidad'X

TVE retrasa el 'Grand Prix' para emitir programas repetidos de 'La Revuelta'

El 'programa del abuelo y del niño' comenzó pasadas las 23:00, aunque estaba previsto que iniciase a las 22:50 h

Después de que Alfacar (Granada) se convirtiera en el primer finalista del Grand Prix de la Navidad, en la noche del 30 de diciembre tocaba conocer a su próximo rival. Olvera (Cádiz), se enfrentaba a Aguilar de Campoo (Palencia) para optar por un lugar en la final del especial navideño del concurso presentado por Ramón García.

Sin embargo, el programa se vio retrasado por la emisión de reemisiones de La Revuelta. Pese a que su emisión debía comenzar a las, ya tardías, 22:50, el Grand Prix no comenzó hasta pasadas las 23 horas. Muchos de los espectadores mostraron su descontento en redes sociales por el horario.

Durante el enfrentamiento, los pueblos adelantaron su cena de Nochevieja o afrontaron retos como jugar al clásico teléfono escacharrado con un polvorón en la boca. Junto con las clásicas pruebas de la patata caliente o los bolos, Aguilar de Campoo se alzó con el triunfo. Con la victoria de los palentinos, se reeditará la final del Grand Prix del Verano de 2023.

Ramón García estampado

Uno de los grandes momentos que dejó la semifinal fue ver al presentador Ramón García, participando en una de las pruebas. «Esta es la magia de la Navidad, tus deseos se convierten…», apuntaba. «En órdenes», completaba Wilbur. Y es que en los instantes previos, García se quejaba de que «la dirección no le dejaba» competir en uno de los juegos.

Vestido de blanco, emulando un muñeco de nieve y ataviado con un casco, el presentador se dispuso a llevar a cabo la prueba Estampados, en la que tenía que pegarse a una pared de velcro simulando una postura concreta. Estuvo acompañado de Wilbur, que claramente se encontraba más cómodo en el disfraz y saltando en la cama elástica.

Cristinini y Mikecrack, los comentaristas, les indicaron que debían «quedarse abierto de pies y manos», la más sencilla de todas. Tras unos instantes de sufrimiento mientras el velcro luchaba contra la gravedad, ambos pudieron despegarse para continuar con la semifinal.

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