Diez frases de Coco Chanel sobre la vida, la mujer y la elegancia en su aniversario
La diseñadora de Saumur, Francia, que rompió con la rigidez en el vestir de la Belle Époque, nació un 19 de agosto de 1883
Cuando tenía doce años la pobreza de sus padres la llevó a un orfanato donde aprendió a coser y bordar. Un recuerdo que Gabrielle, su verdadero nombre, siempre quiso olvidar y ocultar. Del orfanato a un internado religioso y después a la vida como ayudante en una sastrería y a cantante de cabaret.
Su romance con Éttiene Balsan la introdujo en la alta sociedad. A Balsan le sustituyó el capitán inglés Arthur Edward «Boy» Capel, quien financió sus primeras tiendas. Antes su gusto, oportunismo e inteligencia ya le habían proporcionado una red de clientes entusiasmados con sus ideas y creaciones.
Chanel nº5 y el bronceado
Los primeras fueron los sombreros y después llegó la ropa informal de lujo que de su local éxito en Deauville acabó en las páginas de Vogue. Luego de esto fue la consagración, la marca y el imperio. El traje de tweed, el traje negro, el bolso, la camelia, el Chanel nº5 y hasta el bronceado que instituyó como signo de elegancia y lujo, cuando antes lo era de los trabajadores a la intemperie. Ingenios e interpretaciones que le permitieron el empleo y el hallazgo de cientos de frases míticas de las que aquí destacamos diez:
Diez frases de coco chanel
- «No hago moda, yo soy la moda»
- «El acto más valiente es pensar por una misma. En voz alta»
- «El único modo de ser irreemplazable siempre es ser diferente»
- «Si estás triste, ponte más pintalabios y ataca»
- «La libertad siempre es elegante»
- «Una mujer debería ser dos cosas: elegante y fabulosa»
- «Sé elegante. Sé cualquier cosa, pero no seas cutre»
- «La elegancia implica renuncia».
- «Adornos, ¡qué ciencia! Belleza, ¡qué arma! Modestia, ¡qué elegancia!»
- «No sé por qué las mujeres se interesan por tener aquello que tienen los hombres, cuando una de las cosas que las mujeres tienen es a los hombres».