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Curro Romero torea de salón en su homenaje en 2016

Curro Romero torea de salón en su homenaje en 2016GTRES

Cinco tardes apoteósicas de Curro Romero en su cumpleaños

«El Faraón de Camas», que cumple 89, salió cuatro veces por la Puerta del Príncipe y siete por la Puerta Grande de Las Ventas y es considerado uno de los toreros más importantes del siglo XX

Curro Romero, «El Faraón de Camas», cumple 89 años, consagrado ya como uno de los diestros más relevantes del pasado siglo. Desde el Debate recordamos sus tardes más lúcidas en los ruedos.

Madrid, 3 de mayo de 1981

Dicen que la mejor tarde de la carrera de Curro Romero fue la del 3 de mayo de 1981 en Las Ventas. Lo contó como nadie Vicente Zabala: «Los buenos aficionados suelen decir que Curro es un torero de espejo, que parece imposible que un día pudiera salir un toro con el temple del diestro de Camas. Pero Juan Pedro Domecq, en los campos jerezanos, dio con ese animal soñado. Y le tocó a Curro. Desde los ayudados por alto, despatarrado, barriendo los lomos de su enemigo, hasta el larguísimo repertorio de floridos adornos, todo fue una bellísima obra de arte». Nada importó «la inconcebible y feísima puñalada que coronó tan estupenda faena», por la que, según el crítico taurino, no debió obtener trofeos. Pero el éxtasis le concedió las dos orejas y el rabo. Zabala escribió lo más bonito: «Curro lo ha toreado como en los años fantásticos de su niñez frente al armario, allá en su pueblo sevillano de Camas», frase que bien sustituye (porque las evoca mejor que ellas) la ausencia de imágenes que mostrar.

Sevilla, 19 de abril de 1980

Tres orejas, dos en el primero y otra en el segundo, con dos vueltas al ruedo, le sirvieron para salir por la Puerta del Príncipe.

Málaga, Romero y Paula, 1988

Delirio de arte sobrevenido, incierto, pero siempre esperado, en La Malagueta. Los dos toreros artistas de la época (y de casi todas) derramándose en una tarde para la historia. Curro inclinado estirándose en un pasmo al paso del toro, el capote azul y la verónica majestuosa del gitano. El pique de ambos, las ganas, la conjunción, el momento. Los pasitos cortos de Paula para citar con la muleta, el citar de Romero con su capote etéreo, soliviantador. Todo el catálogo de la inspiración suprema.

Madrid, 12 de julio de 1987

Fue la segunda vez (en esta ocasión se toca un aspecto negativo, también parte de la leyenda de Curro) que el torero sevillano se negó a matar un toro. Un aficionado saltó al ruedo y le agredió, derribándole. Los subalternos del matador la tomaron con el agresor. Tras la corrida, Romero fue conducido a comisaría donde se negó a declarar por consejo de su abogado. No pudo salir de la plaza (protegido por la Policía) hasta pasadas las diez porque cientos de aficionados le esperaban a las puertas. La primera vez que Curro se negó a matar un toro ocurrió 20 años antes, el 25 de mayo de 1967.

Teatro de la Maestranza, 1 de marzo de 2016

Fue la última gran aparición del maestro sevillano. El homenaje en el Teatro de la Maestranza, donde por segundos eternos la ya ancianidad del artista desapareció en el tiempo único e inmortal de su capote.

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