
El nuevo logo de Nueva York, 'We ❤️ NY'
Nueva York cambia su icono «I ❤️ NY» por «We ❤️NY» para hacerlo más inclusivo
El alcalde de la ciudad dice que «transmite un mensaje claro: Que nos amamos los unos a otros y amamos a nuestro país»
La ciudad de Nueva York tiene nuevo logo: «We ❤️NYC». El antiguo «I ❤️NY» ya es una reliquia en las puertas de las neveras de todo el mundo. Se cambia el «yo» por el «nosotros» (además de añadírsele la «c» de «city». Descartes fue quien estableció el «yo» como categoría. Veía en la actividad del pensamiento cognoscente la manifestación superior de la libre voluntad del individuo, que desaparece para siempre o no, porque hay muchos que no están de acuerdo con esta supresión de la personalidad y de la idiosincrasia. Dicen los responsables del cambio que este «marca la época pospandemia y tiene con fin reforzar la unión de los neoyorquinos».

El antiguo logo de la ciudad, 'I ❤️ NY'
Pero el nuevo símbolo no ha sido bien recibido por todos. El creador de «I ❤️ NY» fue el diseñador Milton Glaser, quien lo dibujó en 1977 en un sobre mientras pensaba en una campaña para promover el turismo en la ciudad. Glaser no pensó en el «nosotros», sino en el «yo» como verdadera unión de los seres humanos. El sentimiento, el pensamiento con el que todo visitante se sentía identificado, el mensaje sencillo y directo, contundente, que se dispersa, se relativiza en la superficialidad de la que hace alarde el alcalde, Eric Adams: «We Love New York» transmite un mensaje claro: «Que nos amamos los unos a otros y amamos a nuestro país».
«Esta campaña no son solo palabras. No es un simple eslogan. No es un logotipo. Es un espíritu, un espíritu que necesita cobrar vida a través de cada uno de nosotros», recalcó en la presentación del nuevo logo la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, en el retorcimiento woke que alcanza a todas partes.

El nuevo logo de Nueva York
Para el diseñador de la nueva campaña, Graham Clifford, la idea era «dar un toque más moderno» al símbolo que ya no es el mismo sino lo que podría decirse que es el global debilitamiento del «yo», en este caso su desaparición, más propio del fascismo que del mensaje cursi populista (todo va unido) del alcalde de Nueva York: «Nos amamos los unos a otros y amamos a nuestro país».