Jesús Bonilla y Pepe Viyuela, las dos Españas de la farándula
El que fue intérprete de la serie Los Serrano y el que lo fue de Aída representan esas dos mitades menos poéticas de las que escribió Antonio Machado
El actor Jesús Bonilla está medio retirado de su profesión. Un aneurisma de aorta le dejó fuera de(l) juego, pero ahora ha vuelto al ruedo, en realidad el remolino, de Twitter (X) para hablar sin tapujos sobre política, que es la política que da de comer a «la cultura», en la que no se incluye. Lo mismo hace desde el otro lado, como Gatsby veía la luz de la casa de Daisy al otro lado de la bahía, Pepe Viyuela.
Pero Pepe Viyuela no se ha retirado de la profesión. Ambos son un reflejo cómico (por su perfil artístico), pero real, de las dos Españas de las que escribió Machado, la que muere y la que bosteza. Dos españolitos representándose y representando fuera de las tablas y de las cámaras a pecho descubierto, aunque uno más que otro. Dice Bonilla cosas como que «... el 90 por ciento de la cultura se considera de izquierdas porque si no, no comerían».
Es tranquilizador que no exista la posibilidad de que la extrema derecha participe del Gobierno
Y lo dice porque ya no le importa. Porque ya no come de ese gremio del que sí se alimenta Viyuela, una de las voces «políticas» de «la cultura» más activas en el sentido contrario: «Es tranquilizador que no exista la posibilidad de que la extrema derecha participe del Gobierno en el horizonte inmediato». La «extrema derecha», como consigna inocultable. A Pepe Viyuela le resulta «tranquilizador» la posible formación de un Gobierno con separatistas y terroristas con delitos de sangre entre sus antecedentes.
Portugal, donde el socialismo es lo que debería ser, un partido socialdemócrata que no gobierna con chusma
Lo contrario que a Jesús Bonilla, quien se plantea la posibilidad, en el caso de «un nuevo gobierno Frankenstein» de marcharse a Portugal, donde «el socialismo es lo que debería ser, un partido socialdemócrata que no gobierna con chusma». Para Bonilla la «chusma» son los enemigos de España con los que Pedro Sánchez se propone pactar y para Viyuela lo es la «extrema derecha» con la que se propone pactar Feijóo. La diferencia es que la «extrema derecha» es el mantra de esa izquierda subvencionada, y lo de separatistas y terroristas con delitos de sangre son hechos probados y condenados.
Otro gobierno socialista sería un retroceso
Dice Viyuela que «cuando se rompen todos los puentes y se construye un discurso a base de mentiras y amenazas, basado en el odio y la confrontación, suelen ocurrir estas cosas: nadie quiere compartir pupitre contigo ni invitarte a su cumpleaños».
Se refiere el titiritero (que ya no va «de feria en feria», como cantaba Serrat, sino de subvención en subvención) a la mitad de España, a la suya. Ese «nadie» es la mitad de España a la que reduce a nada Viyuela, uno que no ha roto un puente en su vida. La doble moral que brujulea frente a la que se expresa sin tientos, la que celebra el posible triunfo de la ruptura de España contra la que piensa que «otro gobierno socialista sería un retroceso». Una de esas dos Españas, como si no hubiera pasado el tiempo, «que ha de helarte el corazón».