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El poeta Alejandro Simón Partal, en el encuentro de Cooltural Plans

El poeta Alejandro Simón Partal, en el encuentro de Cooltural PlansJ. Garciani

Diez cosas que aprendimos con el poeta y escritor Alejandro Simón Partal

El escritor malagueño, poeta y novelista, escribe igual que vive: ligero de equipaje, como diría Antonio Machado. Recogemos diez enseñanzas del autor de La Parcela en un encuentro auspiciado por Cooltural Plans

Una tarde en la capital, unas copas de vino, poesía y relatos, propios (¿existe la autoficción?) y ajenos (el tesoro de la novela). Alejandro Simón Partal (Estepona, 1983), escritor y poeta, se reúne con un reducido grupo de lectores en un nuevo encuentro de Cooltural Plans poco después de publicar su primera novela, La Parcela (Caballo de Troya), una historia de amor posible con un refugiado sirio en la región francesa de Calais.

Del encuentro con él extrajimos muchas cosas: una reflexión sobre la necesidad interior, cómo fue su experiencia como profesor en Bolonia, la relación entre la intimidad, los estatus sociales, el amor y la vida en los márgenes... Aquí recogemos las diez más importantes.

El libro 'La Parcela', de Alejandro Simón Partal

El libro 'La Parcela', de Alejandro Simón Partal

1. Vocación

«Mi vocación poética nace de la inseguridad y de la necesidad de encontrar espacios de entendimiento, de comunicación, de diálogo con el mundo, y lo que más trabaja ese extremo es la literatura y la música».

2. Inspirado por David Bowie

Alejandro Simón Partal explica que su vocación poética tiene que ver con una biografía de David Bowie que leyó a los 15 años y otra del poeta Luis Cernuda. «En ellas encontré caminos que eran mucho más sofisticados y emocionantes que los de mi propia vida. La vocación es encontrar la voz interior, que está compuesta de otras voces, de lecturas anteriores; la mía está compuesta por voces como esas».

3. ¿Autoficción?

Sobre esa moda de la autoficción… «Escribir siempre es un ejercicio de autobiografía. Volcamos nuestro sufrimiento, nuestras alegrías, nuestros ajustes… Escribimos porque tenemos problemas y estos se resuelven en el ejercicio de la escritura, o al menos yo lo entiendo así».

4. Amor radical

«La parcela es una historia de amor radical entre dos personas. Ser esclavos en el amor es una cosa muy peligrosa, pero no tenemos que pensarlo todo en términos sexuales –vivimos un momento histórico de hipersexualización–. Despojarnos de esa importancia nos hace soberanos; la sumisión no significa que uno tenga que obedecer al maltrato. No es solamente eso, es simplemente dejar espacio, dar un paso atrás y no ser insaciables todo el tiempo».

5. La muerte como entrega

Tras la muerte de su padre, Pablo D’Ors le ayudó a superar el duelo: «Hay autores que nos amparan. Leyendo sus textos, sobre todo un libro que se llama Sendino se muere, aprendí esa noción de la muerte como una entrega y no un arrebato, es decir, entregar la vida y no que te la arrebaten. Pablo D’Ors me ayudó a través de sus libros y de su amistad a superar ese momento complicado».

6. Vivir al borde de la vida

Sostiene Alejandro Simón Partal que la enfermedad te da libertad. «Mi padre estuvo enfermo siete años hasta que se murió, pero nunca estuvo impedido. Cuando aceptas la enfermedad, te libras de las pamplinas de la vida. Nos hace poner el foco. No significa que morirse sea una gozada; es una faena grandísima, pero cuando uno vive en ese límite, se da cuenta de lo bien que se ve desde los bordes de la vida: desde ahí se ve el horizonte mucho mejor que desde el sofá. La enfermedad te da libertad porque aligera el equipaje y te posiciona de cara a la vida. Aunque es un ejercicio muy complicado».

7. La fe

Sobre la fe, tan presente en su obra, el escritor reflexiona a menudo. «La fe es crear un pequeño fuego en el que calentar las manos y pensar que lo injusto no va a ser la última palabra. Da igual la religión, lo importante es lo que esa religión hace con uno. Que exista Dios o no es lo de menos. Lo importante es qué hacemos aquí y qué relación tenemos entre los celestial y lo terrenal. Vivimos de espaldas a esa unión. Reparar esa relación entre nuestro espíritu y nuestra cotidianidad nos hace una vida más o menos más amable».

8. Historias cotidianas

Sus referentes, además de David Bowie, Luis Cernuda o María Zambrano, son asequibles: «Son las personas que me rodean, a las que quiero y de las que aprendo continuamente. Casi todas las historias de La parcela vienen de aventuras que les han pasado a mis amigos, como la de la sauna o la rave. Son historias que yo no he vivido, pero que he robado de anécdotas, duelos o rupturas de amigos».

9. Cinefilia

Aunque escribe con música de fondo, el cine tuvo mucha más importancia al crear esta novela: «Vi algunas películas, como La noche, la primera de Gus Van Sant, de manera compulsiva durante mucho tiempo».

10. Música curativa

«La música es la elevación de la poesía. Cuando estoy roto, me sanan más las canciones que los poemas». Por eso lee, incansable, pero escucha inasequible al desaliento.

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