El psicólogo y profesor Jordan Peterson
Las 12 reglas para vivir que defiende el 'anti woke' Jordan Peterson
El psicólogo clínico ha pasado de escritor a superventas, llenando estadios con su discurso moral sobre valores, familia y tradición, un discurso que reflejó en su libro 12 reglas para vivir
Autor superventas, psicólogo de fama mundial y antiguo profesor de Harvard, Jordan Peterson se ha ganado una reputación mundial por su pensamiento crítico y sus escritos provocadores.
Tras obligarle a abandonar la universidad estadounidense por su «deriva conservadora», el pensador se ha convertido en una estrella de la «resistencia anti woke». Considerado por muchos como un filósofo moderno, las conferencias y escritos de Jordan Peterson han demostrado ser muy influyentes entre los líderes políticos y empresariales, además de reunir a millones de seguidores y lectores de todo el mundo.
La fama de Jordan Peterson se disparó en 2018, cuando publicó su libro 12 reglas para vivir, editado en nuestro país por Planeta, que rápidamente se convirtió en un éxito de ventas y que hasta ahora ha vendido más de seis millones de ejemplares en todo el mundo.
El libro '12 reglas para vivir bien' (Planeta), de Jordan Peterson
Tras llenar el WiZink de Madrid para ofrecer sus «lecciones de vida» contra la corrección política (agotando unas entradas que superaban los 70 euros), repasamos las 12 lecciones que da en su famoso libro, en el que el pensador más polémico e influyente de nuestro tiempo ofrece «un antídoto al caos»: un elogio de la responsabilidad personal e individual frente a la diluida responsabilidad social.
12 reglas para vivir bien, según Jordan Peterson
- Enderézate y mantén los hombros hacia atrás.
- Trátate a ti mismo como si fueras alguien que depende de ti.
- Hazte amigo de personas que quieren lo mejor para ti.
- Compárate con quien eras ayer, no con la persona inútil que eres hoy.
- No permitas que tus hijos hagan cosas que detestes.
- Antes de criticar tu vida, asegúrate de tener tu vida en perfecto orden.
- Dedica tus esfuerzos a hacer cosas con significado, no aquello que más te convenga.
- Di la verdad. O, al menos, no mientas.
- Da por hecho que la persona a la que escuchas puede saber algo que tú no sabes.
- A la hora de hablar, exprésate con precisión.
- Deja en paz a los chavales que montan en monopatín.
- Si te encuentras a un gato por la calle, acarícialo.
Para el gurú, «el orden es la rutina, la tradición, lo conocido, la estabilidad, la certidumbre; el caos es lo nuevo, lo desconocido, lo que nos desafía. Habitamos el orden rodeado por el caos, ocupamos territorio conocido rodeado por lo desconocido. De modo que caos y orden son fundamentales porque todas las situaciones que vivimos se forman a partir de ambos».
Sin embargo, el orden no es suficiente, «pues siempre hay cosas nuevas e importantes que quedan por aprender. Hay que tener un pie en lo que ya se domina y entiende, y otro en lo que se está descubriendo y aprendiendo a dominar. El caos nos ayuda a desarrollarnos, mientras que la sobreprotección nos hará fracasar cuando (inevitablemente) llegue algo peligroso, inesperado y –también– cargado de oportunidades», relata.
Contra la ideología de género
La fama de Jordan Peterson no se limita a sus escritos. Uno de sus hitos fue negarse a la pretensión de su Gobierno (el canadiense Justin Trudeau, el hombre a quien imita Pedro Sánchez) de decidir con qué pronombres era obligatorio dirigirse a las personas transexuales. Los vídeos de sus discusiones en la calle con agresivos alumnos militantes de la causa LGTB a quienes respondía con calma y energía se hicieron virales, especialmente por su fuerte oposición a la ideología de género. YouTube hizo el resto, tanto en su canal como en la multitud de entrevistas que empezaron a hacerle y difundirse.
Si bien las Naciones Unidas informó en el año 2018 de la existencia de hasta 112 géneros, la postura de Jordan Peterson les contradice: «Depende de cómo definas el género». Según el profesor de la Universidad de Toronto, este concepto ha quedado tan ensuciado por la política que es imposible mantener una conversación razonable al respecto.
Según el crítico cultural, es claro que existen dos sexos, y que en cada uno de ellos puede darse «una amplia variedad de temperamentos entre personas»: «El sexo no es un espectro si atiendes a los cromosomas; es un espectro si atiendes a otros marcadores», afirma, a la vez que defiende que esta controversia no es útil para nadie.
«La discusión sobre el género no sirve para hacer a la gente libre y para que tomen sus propias decisiones en la vida, sino que forma parte de un asalto a las estructuras categóricas fundamentales de la civilización occidental». Y concluye: «El concepto de género es tan amorfo que discutirlo científicamente carece de utilidad».
