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El ministro de Cultura, Ernest UrtasunPaula Andrade

Consejeros del PP acusan a Urtasun de convertir la cultura en un «arma política arrojadiza»

Borja Sémper, portavoz y vicesecretario de Cultura del Partido Popular, se ha sumado a las críticas a Urtasun, asegurando que «este Ministerio no ofrece estabilidad ni transparencia para sus industrias y profesionales de la cultura»

Los consejeros de Cultura de las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular han manifestado su oposición al Gobierno ante la intención del ministro Ernest Urtasun de «descolonizar los museos». Todos los consejeros han rechazado hablar en los términos usados por el ministro, puesto que «en España no hay un solo museo del Estado que defienda un marco colonial».

«Se trata de un debate falso, impuesto y generado para crear división entre españoles, un mantra importado que no responde ni a la Historia de España ni al presente de nuestros museos. Ni siquiera existe un discurso museístico etnocéntrico, sino abierto y en constante diálogo con otras instituciones latinoamericanas», han añadido.

Urtasun ha asegurado en varias ocasiones su objetivo de establecer un diálogo con los museos estatales para superar el marco colonial. También disiente de sus detractores, ya que «no debería haber mucha polémica» por la descolonización museística porque, entre otras cosas, es un ejercicio que se hace «desde hace mucho tiempo» en muchos países de Europa pero también en España.

Una política contra la cultura

Manuela Villa, secretaria de Cultura y Deporte del PSOE, aboga por no politizar la cuestión. «La descolonización es un tema muy complejo que lleva ya un largo tiempo estando presente en los principales foros internacionales de museos».

Los especialistas en Historia y Arte defienden la presencia de obras artísticas en los espacios museísticos que el ministro de Cultura considera que deben ser «reordenadas». El PP ha acusado el pasado lunes al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de transformar la cultura «arma política arrojadiza» y repetir «mantras anacrónicos» como «cultura colonial» que, solamente consiguen «dibujar una España que solo existe y ha existido en su imaginación».

La portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, ha recomendado a Urtasun «culturizarse» en cuanto al pasado colonial de España tras su propuesta de «revisión» de las colecciones de Museos Estatales. Millán también ha señalado que debería dejar de comprar «la propaganda de la Leyenda Negra que se viene vendiendo contra la historia de España».

La portavoz de Vox instó a Urtasun a «preocuparse» por preservar y fomentar la cultura y el patrimonio español, una cultura «envidiada en todo el mundo de una nación que un día fue el epicentro del mundo». Para Millán, este Gobierno se está «afanando mucho desde que llegó en desprestigiarlo».

Debate falso, impuesto y generado para crear división entre españolesBorja Sémper

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha reivindicado el papel de España en la historia, instando a los españoles para no «avergonzarse» de su cultura y ha afirmado que los museos tienen «problemas más importantes que la pretendida descolonización». Desde el PP remarcan que «ni siquiera existe un discurso museístico etnocéntrico, sino abierto y en constante diálogo con otras instituciones latinoamericanas». Por ello creen que se trata de un «debate falso, impuesto y generado para crear división entre españoles (...) un mantra importado que no responde ni a la historia de nuestro país ni al presente de nuestros museos».

La Consejería de Turismo, Cultura, Juventud y Deporte de Murcia también se ha manifestado calificando las intenciones de Urtasun como «una nueva ocurrencia fruto de su profundo desconocimiento de la historia de España. Lo último que necesitamos son debates importados de otras sociedades».

Vicente Barrera, conseller y vicepresidente primero de la Generalitat, acusaba a Urtasun de «comprar la leyenda negra» de España al hablar de «descolonización». Recordaba que «las competencias de cultura están transferidas a las comunidades», pero también insistía en su voluntad de actuar «como un dique de contención contra esta política cultural woke y de falta de libertad y pluralidad cultural que parece que quiere imponer el nuevo ministro».