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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósSevilla

Al final, la técnica de Luque y la estética de Ortega salvan el desastre

Daniel corta una oreja y Juan, dos, con toros flojos y descastados de Domingo Hernández

Actualizada 22:32

Juan Ortega, rodilla en tierra, da un pase con la muleta al segundo de su lote (sexto de la tarde)

Juan Ortega, rodilla en tierra, da un pase con la muleta al segundo de su lote (sexto de la tarde)EFE

Parecía que se iba a romper la buena racha, por el desastre ganadero: los toros de Domingo Hernández (más el tercero, de Garcigrande, y el cuarto bis, de García Jiménez) lo frustran todo, por su falta de fuerza y casta. La suerte de varas, por supuesto, apenas existe. La tarde, de enorme expectación, iba camino de la enorme decepción. Al final, por esos milagros de la Fiesta, todo se endereza: en el quinto, Daniel Luque, con gran técnica, se inventa una faena, casi sin toro. Además, resulta que el sexto toro saca toda la nobleza y obediencia que sus hermanos no habían lucido y Juan Ortega despliega su estética, en una faena que deleita al público sevillano, y corta las orejas.

Aunque haya tenido problemas de salud y, como tantas veces, mala suerte en los sorteos, Morante sigue siendo Morante. Todos esperamos su gran tarde: ¿qué aficionado no se hace la ilusión de que «esta tarde puede ser»? Sobre todo, en Sevilla. En el primero, logra dos preciosas verónicas, solamente dos. (Lo mismo le pasará en el cuarto y en el cuarto bis). Curro Javier se luce en una lidia sobresaliente, merecedora de premio. Espero que lo tenga. Morante muletea con naturalidad y empaque pero el toro se viene abajo. Pincha sin convicción antes de la estocada desprendida.

Morante de la Puebla no tuvo fortuna con sus dos toros

Morante de la Puebla no tuvo fortuna con sus dos torosEFE

El cuarto se parte el pitón en varas. El sobrero, de García Jiménez, es muy poquita cosa, se cae en banderillas y vuelve a caerse la primera vez que le baja la mano. José Antonio ve que el toro no vale para nada y corta: hace bien, aunque el público se enfade. Hace mal, en cambio, yéndose, con la espada, y falla mucho con el descabello. Salvo esas seis verónicas, una tarde en blanco.

El pasado viernes, en la Maestranza, Daniel Luque hizo lo que tenía que hacer: acabar con cualquier duda, dando un puñetazo sobre la mesa. Es lo que hacen las figuras de verdad: dar la talla en los momentos en que hay que hacerlo. Está claro que el veto de Roca Rey le ha perjudicado a Luque, a la hora de las contrataciones, pero también ha perjudicado a Roca Rey en su imagen. El público sevillano, en cambio, está ahora con él: se lo ha ganado.

Daniel Luque, con el capote, consiguió sacar partido al segundo de su lote

Daniel Luque, con el capote, consiguió sacar partido al segundo de su loteEFE

En el segundo, encadena una larga serie de verónicas, ganando terreno. Quita Ortega con unas tafalleras lentísimas y replica Luque con chicuelinas. En la muleta, le basta una serie, bajando mucho la mano, para dominar por completo al toro, que pronto se viene abajo. La técnica ha sido impecable pero le ha faltado toro.

Miden mucho el castigo al quinto, mal presentado, flojo, que parece no va a aguantar. El toro se quiere ir, se raja por completo. Con insistencia y gran oficio, Luque logra ir sacándole muletazos, en chiqueros. A base de recursos, le saca más de lo que tiene, lo lleva a donde el toro no quería ir: eso es lidiar. Culmina la faena con un doble circular a pies juntos. Como el toro no cuadra y el trasteo ha sido largo, suena un aviso: una rotunda estocada pone en sus manos la oreja.

Juan Ortega le cortó dos orejas al último toro

Juan Ortega le cortó dos orejas al último toroEFE

Juan Ortega es capaz de torear muy bien, a veces. Ahora, además, el episodio, tan comentado, ha aumentado su popularidad: esta temporada, va a estar en todas las grandes Ferias. Al tercero le pegan en varas, flaquea, protesta. Los enganchones deslucen algún muletazo suelto compuesto. Pincha sin estrecharse.

Sorprendentemente, el sexto, que también flaquea, no se viene abajo, como sus hermanos, sino que obedece con clase. Ortega esboza algunas verónicas de compás muy abierto. Brinda a Pepe Luis Vázquez. Aprovecha la bondad del toro en ayudados por alto y en muletazos lentísimos, desiguales, que ponen al público de pie: una estética muy personal, que encandila a la gente. Creo que ha sido su faena más completa en la Maestranza. (Todavía mejores fueron , en mi recuerdo, una, de Linares, y otra, de Jaén). El público, feliz.

El presidente de la Junta de Andalucía y el escritor Juan del Val, esta tarde en la Maestranza

El presidente de la Junta de Andalucía y el escritor Juan del Val, esta tarde en la MaestranzaEFE

El futbolista Sergio Ramos (segundo por la izquierda), junto a su padre (primero por la izquierda) en el tendido de la Plaza de toros de Sevilla

El futbolista Sergio Ramos (segundo por la izquierda), junto a su padre (primero por la izquierda) en el callejón de La MaestranzaEFE

«Todo está bien si acaba bien», sentencia Shakespeare. En los toros, conviene matizar. Estamos haciendo una Fiesta que repite demasiadas veces la pregunta: «¿Aguantará el toro?» Hace años, lo resumió Antonio Ordóñez: «Antes, decíamos al picador: ‘¡Dale!’. Ahora, le dicen: ‘¡Levanta!’».

Si falta toro, falta casi todo, por muy estéticas que puedan ser algunas faenas.

FICHA

  • Sevilla. Lunes 15 de abril. Lleno. Toros de Domingo Hernández; 3º, de Garcigrande; 4º, sobrero de García Jiménez: todos, con muy poca fuerza y casta, aunque el último acabe siendo muy obediente.
  • MORANTE, de gris plomo y oro, pinchazo, estocada desprendida y 3 descabellos (aviso, silencio). En el cuarto, media perpendicular y 6 descabellos (aviso, pitos).
  • DANIEL LUQUE, de tabaco y oro, pinchazo y estocada (palmas). En el quinto, buena estocada (oreja).
  • JUAN ORTEGA, de rosa y oro, pinchazo y estocada delantera y caída (silencio). En el sexto, estocada (dos orejas).
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