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La pradera de san Isidro de Francisco de Goya

La pradera de san Isidro de Francisco de Goya

Diez expresiones madrileñas para no parecer un guiri en San Isidro

Entre un chulapo, un chispero, una maja, un pichi o un manolo pueden decirse una infinidad de expresiones que solo ellos conocen

En realidad nadie parece un guiri en Madrid, salvo los guiris de verdad, pero no se siente porque Madrid es destino turístico de importancia y mucho más. De estudiantes, de negocios, de ocio. Entre tanta importancia el «gato», el madrileño castizo, se confunde entre la diversidad de orígenes. Es ya raro el «gato», el madrileño de muchas generaciones, porque Madrid acoge y porque esos nuevos madrileños ya no son gatos y ya no hablan como los gatos, en castizo, en chuleta, con su deje y sus palabras garbosas, salvo las mínimas. Aquí se recogen algunas (poquísimas en comparación a una inmensidad) de las más antiguas y características:

«Ser más chulo que un ocho»

El 8 era el número del tranvía que iba desde Sol a san Antonio de la Florida lleno de chulapos que iban a la verbena de la pradera de san Isidro y a bailar al Parque de la Bombilla. Con el tiempo se acuñó esta expresión de que no se podía ser más chulo que este tranvía lleno de castizos.

«No comerse ni una rosca»

Era tradición que los chulapos se acercasen a las chulapas ofreciéndoles las rosquillas tradicionales. La expresión se empezó a utilizar como burla cuando el chulapo no conseguía su propósito: «No te comes ni una rosca».

«Estar al loro»

Esta expresión proviene del italiano «sono loro», «son ellos» en la traducción. Al parecer era lo decían los italianos que combatían en la guerra civil en el bando franquista cuando veían pasar los aviones republicanos. De ahí se quedó para los madrileños como «estar pendiente» o «estar atento».

«Ver menos que Pepe Leches»

Pepe Leches existió y fue un guardia urbano conocido por resolver las reyertas a tortazos. El problema es que padecía de una miopía considerable y con frecuencia no solía acertar con sus mamporros al objetivo, sino a cualquiera que se encontrase cerca.

«Tener más cojones que el caballo de Espartero»

Hace referencia al valor de una persona en la comparación con el tamaño de los testículos de la estatua ecuestre del general español y príncipe de Vergara situada entre las calles Alcalá y O'Donnell.

«Tener más salidas que la Puerta de Alcalá»

Cuando rehicieron la Puerta de Alcalá le pusieron más puertas, es decir, más salidas. Aquí salidas se refiere al ingenio y a la rapidez mental y verbal ante situaciones comprometidas de una persona.

«Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo»

El 40 de mayo es como llaman los madrileños al 10 de junio para avisar de que todavía no se ha de guardar el abrigo, pues hasta esa fecha cabe la posibilidad de que todavía haga frío.

«Ir de tiros largos»

La expresión hace referencia a los tiros de los carruajes. Cuando eran «largos», es decir, formados por más de una fila de caballos, significaba que pertenecían a personas ricas, el «tiro largo» se extendió para llamar a las personas elegantemente vestidas, tal y cómo descendían los ocupantes de los carruajes de tiro largo.

«Irse de picos pardos»

La frase se relaciona con salir por la noche o salir de fiesta, y su origen proviene de cuando el rey Carlos III impuso llevar un jubón de color pardo y acabado en pico a las prostitutas para que todo el mundo las identificara.

«Ser un pringado»

Un pringado o más bien «pringao» se utiliza para referirse a un necio. Proviene de cuando la inquisición embadurnaba a los condenados con brea y luego los emplumaban. Después los paseaban de esta guisa por las calles a modo de burla, de ahí lo de «pringado».

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