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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósMadrid

Un cartel demasiado heterogéneo

Se reivindica Ginés Marín, pierde el triunfo por el rejón de muerte Diego Ventura

Actualizada 22:37

Diego Ventura, con su primer toro de la corrida mixta celebrada este domingo en Las Ventas

Diego Ventura, con su primer toro de la corrida mixta celebrada este domingo en Las VentasEFE

Desde que se anunció, me resultó muy difícil de comprender un cartel como éste, tan extraño, tan heterogéneo. No me gustan los festejos mixtos. (Con su inigualable talento satírico, Quevedo solía llamar a algunos inventos «monstruo hermafrodito»).

Nadie discute que Diego Ventura es la primera figura del rejoneo actual pero, por mucho que se señalen paralelismos entre el toreo a pie y a caballo, hay una enorme diferencia entre lidiar un toro en puntas y, otro, reglamentariamente desmochado.

Dentro de los dos matadores que se anuncian juntos esta tarde, no advierto motivos para emparejarlos: ni semejanza de estilos ni rivalidad.

Además , el trascurso de la Feria no ha beneficiado al cartel. Hace solamente un par de tardes, Cayetano sufrió varias contusiones, una verdadera paliza. Hace nueve días, con los toros de La Quinta, Ginés Marín tuvo una de las actuaciones más grises que le recuerdo, en Las Ventas. Debe resarcirse de ella.

Viendo este cartel, el sabio Mourinho repetiría su famosa pregunta: «¿Por qué, por qué?». Supongo que, simplemente, por encajar las piezas del puzzle y hacer que sumen un festejo más cada uno de estos toreros.

En fin… Lo que importa, en definitiva, es el resultado. En un domingo de muy buen tiempo, nuevo «No hay billetes». Como tantas tardes, los toros para rejones de Capea dan un resultado excelente y Diego Ventura luce su maestría espectacular pero falla con el rejón de muerte. Las reses de Montalvo, para el toreo a pie, dan juego desigual. Cayetano no consigue estar a gusto. Ginés Marín, esta vez sí, muestra capacidad y entrega.

El primero para rejones embiste con temple y ritmo, humilla: un excelente toro de Capea. Con Fabuloso, Diego Ventura se luce a dos pistas, dando una vuelta completa al redondel. Después de la reverencia al toro, Bronce lo deja llegar muy cerca, arqueándose. Con Guadiana, clava bien las cortas y la rosa, se adorna con piruetas y el teléfono. Acierta con el rejón de muerte: una buena faena, unitaria y completa, pero el toro tarda en caer y pierde el seguro trofeo.

Diego Ventura, ante su segundo toro, de la ganadería El Capea

Diego Ventura, ante su segundo toro, de la ganadería El CapeaEFE

El cuarto, algo menos claro, quizá transmite más emoción. Con Nómada, hijo de Nazarí, lo deja llegar muy cerca. Como tantas tardes, Lío monta un ídem, muy en corto, y logra el par a dos manos sin cabezal, una muy difícil especialidad de Diego Ventura. Esta vez ha conectado mucho con el público pero falla al matar.

El segundo –primero para lidia de a pie– se llama «Alegría», como las novelas de Georges Bernanos y de Manuel Vilas. No deja lucirse en el capote, cumple en varas, queda corto en la muleta. El trasteo de Cayetano no tiene relieve y pincha, antes de una estocada defectuosa.

El quinto se llama «Pernales», igual que el legendario bandolero de fines del XIX, una especie de Robin Hood andaluz, como canta la copla: «Ya mataron al Pernales, ladrón en Andalucía –el que a los ricos robaba– y a los pobres socorría». Pero este toro regala poco a Cayetano. Brinda al público su último toro de la Feria (¿quizá también su último toro, en Las Ventas?). Molesto por el viento, lo intenta el diestro pero la casta del toro exige más mando, el trasteo no cuaja. Ha puesto voluntad pero no se ha sentido a gusto. Lo mata a la segunda, con su peculiar estilo: entrando de lejos, muy rápido, y dando un salto. Suena el segundo aviso cuando el toro rueda.

Cayetano reaparecía en Las Ventas tras las contusiones sufridas hace apenas dos días

Cayetano reaparecía en Las Ventas tras las contusiones sufridas hace apenas dos díasEFE

Al tercero le pegan poco, protesta, embiste desigual. Sin probaturas, Ginés Marín se echa la muleta a la izquierda, por donde mejor va. Se esfuerza en sacarle muletazos lucidos pero al público le cuesta entrar en la faena. Acaba lográndolo, al final, cuando se enrabieta en unos buenos naturales. Suena el aviso antes de coger la espada. Mata de media estocada y hace gestos de que será en el otro.

El último no es un «Atleta», aunque así se llame, y flojea mucho: lo devuelven. Logra meterlo en los corrales Florito con la punta de su chaquetilla: en eso, es un verdadero maestro. (Recuerdo siempre a Eugenio d’Ors: tengas el oficio que tengas, lo que importa es «la obra bien hecha»). Sale un sobrero de José Vázquez que mansea claramente, huye de un caballo al otro. Brinda Ginés a Curro Vázquez, que ha sido su apoderado. Con mucha entrega y buena técnica, le va sacado muletazos de mérito, sin llegar a redondear faena. Cierra con un espadazo. No ha logrado triunfar pero ha corregido su mala imagen del otro día y ha logrado sobreponerse a la frialdad inicial del público.

Ginés Marín, con la muleta en esta decimoquinta corrida de Feria

Ginés Marín, con la muleta en esta decimoquinta corrida de FeriaEFE

«Por fas o por nefas» –decían los revisteros de antaño– ninguna de las faenas ha cuajado por completo. Igual que este cartel. Siendo tan heterogéneo, no puedo decir que me haya sorprendido.

POSTDATA. Desde Sevilla, me informa un amigo de que Curro Romero ha sido ingresado, con una fractura. No he podido corroborar la noticia: quisiera que fuera falsa. En todo caso, le deseo lo mejor al maestro.

FICHA

  • Madrid, Feria de San Isidro. Domingo, 26 de mayo. «No hay billetes». Toros de tres ganaderías: dos de El Capea (1º y 4º) para rejones, muy buenos. En lidia ordinaria, tres de Montalvo (2º, 3º y 5º), de juego desigual. Sobrero (6º) de José Vázquez, manso.
  • DIEGO VENTURA, con chaquetilla tostada, en el primero, rejón trasero (palmas). En el cuarto, dos pinchazos y rejón (saludos).
  • CAYETANO, de topacio y azabache, en el segundo, pinchazo, estocada defectuosa y descabello (silencio). En el quinto, pinchazo y estocada (dos avisos, silencio).
  • GINÉS MARÍN, de verde y oro, en el tercero, media arriba y descabello (aviso, saludos). En el sexto, estocada (ovación de despedida).
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