La basílica de Santa Teresa alberga la exposición 'El esplendor de la pintura en Valencia. Siglos XV-XVI'
Del Gótico al Renacimiento valenciano: una exposición con pinturas inéditas en un pueblo de 5.000 habitantes
Alba de Tormes se convierte en la capital de la pintura valenciana con El esplendor de la pintura en Valencia. Siglos XV-XVI
El 90 % de las obras expuestas ven la luz por primera vez. 120 piezas de 32 pintores diferentes pertenecientes a colecciones privadas han sido reunidas en la basílica de santa Teresa, en Alba de Tormes, Salamanca. La exposición, bajo el nombre de El esplendor de la pintura en Valencia. Siglos XV-XVI, presenta a autores anónimos pero capitales en el desarrollo de la cultura renacentista en España, llegada a través de Italia por el puerto de Valencia.
Las obras de Paolo da San Leocadio, Francesco Pagano, Fernando Yáñez de la Almedina, Fernando Llanos, Gonçal Peris Sarriá, Vicente Requena, Jerónimo Vich i Valterra, Vicente Macip o Juan de Juanes no han sido exhibidas por la labor de una gran institución. «Esta es una exposición basada en el trabajo de muchos años de coleccionistas privados y basada en la confianza que se ha generado entre nosotros», comentaba el comisario José Gómez Franchina.
Cristo atado a la Columna
Dos siglos de esplendor valenciano
La piedra angular de El esplendor de la pintura en Valencia es el Cristo atado a la columna de Joan Masip, conocido como Juan de Juanes y de la que Gómez Franchina comentaba que es «una de las cinco mejores obras de todo el Renacimiento español». Asimismo, denunciaba la desatención sufrida por la tabla por parte del público interesado en el arte. El Ecce Homo y la Oración en el huerto, de Fernando Yáñez de la Almedina; La Verónica de la Virgen o Anunciación, de Gonçal Peris Sarriá, son algunas de las pinturas que se pueden contemplar.
En 1470 comenzaron las obras en Valencia de la Lonja de los Mercaderes, un templo de estilo gótico levantino. Dos años después, la ciudad vivía el auge de la cultura y del sector mercantil, empezando a adquirir arte flamenco y francés. En ese momento, llegaron Paolo da San Leocadio y Francesco Pagano. «El gusto flamenco, que era más realista y oscuro, no desapareció: las dos artes convivieron durante años. Pero la manera italiana ofrecía el atractivo de una imagen más idealista, más ligera y optimista de la realidad y ganó cada vez más presencia», revelaba el comisario.
Alba de Tormes se ha convertido en la representación de la transición entre las tablas góticas hasta el Ars Nova de principios de siglo XVI, donde los autores españoles aprendieron y conocieron de primera mano las formas italianas. Desde el Gótico al Renacimiento, incluso a los albores del Barroco, destaca la familia Macip, resaltando Gómez Franchina a Juan de Juanes como un artista a la cabeza de su época en Europa.
Desde el 30 de mayo abierta hasta el 27 de octubre, la basílica neogótica del siglo XIX albergará una parte del patrimonio artístico español, dos siglos de esplendor valenciano. El templo fue ideado por Enrique María Repullés y Vargas para convertirse en lugar de reposos de los restos mortales de Santa Teresa de Jesús, convirtiéndola en un lugar de peregrinación.
