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08 de agosto de 2024

Portada del libro 'Next Gen Marxism: What It Is and How to Combat It'

Portada del libro 'Next Gen Marxism: What It Is and How to Combat It'

El Debate de las Ideas

Metamorfosis marxistas en los Estados Unidos

Mike González, de la Heritage Foundation, y Katharine Gorka, analista en cuestiones de seguridad acaban de publicar un libro Next Gen Marxism: What It Is and How to Combat It (Marxismo de nueva generación: qué es y cómo combatirlo) en el que analizan las metamorfosis que ha experimentado el marxismo y por qué están en la raíz de lo que hoy llamamos «políticas de identidad»

Hablamos con Mike González sobre éste su último libro y de este modo conocemos mejor cuál puede ser previsiblemente una de las grandes batallas culturales de los años por venir.

–En vuestro libro, para intentar comprender la actualidad que viven los Estados Unidos, os fijáis en ciertos autores y momentos del pasado. Algunos tan lejanos en el tiempo como Rousseau. ¿Qué tiene que ver Rousseau con los Estados Unidos del 2024?

–Al contrario de los hombres, las ideas no mueren. Una gran parte del mundo organiza su vida alrededor de ideas introducidas hace dos milenios. Estas son ideas buenas. Desagraciadamente, también vivimos hoy con el impacto de eventos que ocurrieron en Francia en los años 1789-1794. Esa Revolución francesa estuvo muy condicionada por las ideas utópicas del filosofo Jean-Jacques Rousseau, quien pensó que el hombre sería liberado por un gobierno fuerte y por la demolición de las instituciones de la sociedad civil. Hoy vivimos en medio de estas ideas.

–¿Qué papel jugó la Escuela de Frankfurt una vez fue trasplantada a terreno norteamericano?

Un papel imposible de exagerar. La Escuela de Frankfurt nos dio la Teoría Critica, y hoy la disciplina más importante en la política y la sociedad americanas es la Teoría Crítica de Raza, que presenta la raza, en vez de la clase obrera, como agente revolucionario. Estamos ante planteamientos revolucionarios, que atacan las tradiciones nacionales y pretenden introducir una tipo de sociedad radicalmente contrario al nuestro.

–Resulta sorprendente que en una sociedad como la norteamericana, el marxismo haya fascinado a tantas personas como las que señaláis. ¿A qué atribuyes esta fascinación precisamente entre personas que tienen ante sus ojos una realidad que desmiente algunos de los presupuestos del marxismo?

Una de las razones es que no saben que lo que repiten son ideas marxistas. Hay algunos que sí lo saben pero piensan que el capitalismo, o la libertad en términos más generales, termina provocando desigualdades. Muchos otros están envenenados de envidia.

–¿Por qué los marxistas en Estados Unidos abandonaron su foco en la clase trabajadora para reinventarse como adalides de las políticas de identidad?

–Porque el obrero era un malísimo revolucionario. No quería abolir la nación, la familia, la religión o la propiedad privada. Quería reformas, buenas condiciones laborales y un mejor sueldo, pero no una revolución destructiva. Marx no era consciente porque nunca se codeó con obreros reales.

–¿Qué papel tuvo la Cuba de Fidel en la promoción de los diferentes grupos radicales marxistas en los Estados Unidos?

–Un papel importantísimo. Fue el modelo para la Nueva Izquierda de los años 70.

–¿Cómo ha sido posible que en un país como Estados Unidos, con libertad de prensa e importantes periodistas de investigación, la violencia de los grupos marxistas de los años 60 y 70 haya sido blanqueada?

–Porque la inmensa mayoría de periodistas son de izquierdas y no quieren criticar a su bando. Si lo que hicieron los terroristas de izquierda hubiera sido hecho por militantes de derechas aún estaríamos oyendo críticas sin fin a sus acciones.

–¿Qué influencia ha tenido Bill Ayers en la izquierda norteamericana actual?

–Una influencia importante, pero para mí lo más importante es que él representa la evolución desde el terrorismo a la pacifica toma de las instituciones culturales.

–¿Y Samuel Alinsky?

–Alisnky fue una influencia mayor que Bill Ayers. Alinsky inventó el «community organizing» americano. Lo copió de Lenin, claro, pero lo adaptó a nuestras condiciones.

–¿En qué consiste esa «organización comunitaria» y por qué es tan importante para los neomarxistas?

–Es hacer la revolución partiendo de la base social, desde abajo hacia arriba. Es la vieja idea de la revolución de los soviets.

–¿Por qué concentró la izquierda marxista sus esfuerzos en hacerse fuerte en las universidades?

–Porque los marxistas occidentales se dieron cuenta que el pueblo no quería hacer la revolución sino que abrazaban ideas tradicionales. Para los comunistas, estas eran las ideas que mantenían a los poderosos en el poder. Se tenía que hacer una ardua tarea de adoctrinamiento, y para eso era necesario infiltrarse en las instituciones.

–¿A qué atribuyes la debilidad de quienes gobiernan las universidades norteamericanas ante las exigencias y coacciones de los revolucionarios de todo tipo?

–A que son cobardes. No tienen ideales fijos.

–¿Cómo reaccionó la derecha estadounidense a la conquista por parte de la izquierda neomarxista del mundo de la cultura?

–La ignoramos por mucho tiempo. Demasiado. Fue un error gigantesco y trágico.

–¿Qué papel han jugado en la expansión de las ideas neomarxistas fundaciones como Ford, George Soros o Bill and Melinda Gates?

–En el caso de la Fundación Ford muy importante porque los administradores eran marxistas, al contrario de Henry Ford. En el caso de Soros y los Gates, suelo decir que no puedo responder porque no he estudiado la psiquiatría.

–¿Cuáles son los orígenes de Black Lives Matter (BLM)?

–Cuatro mujeres marxistas de raza negra manipularon las muertes de varios muchachos, entre ellos Treyvon Martin en 2012, Michael Brown en 2014 y George Floyd en 2020, para organizar un movimiento dedicado a cambiar la sociedad, introduciendo en ella ideas marxistas culturales.

–¿Por qué es tan importante la revolución trans o la sexualización de los niños para los neomarxistas?

–Porque el marxismo miente sobre la naturaleza humana y la teoría de género —la cual pretende que el sexo es asignado al nacimiento, no determinado en la concepción—, es la más pura negación de la naturaleza y la ciencia.

–¿Qué relación existe entre los criterios ESG (environmental, social and governance) y el neomarxismo?

–El S del ESG se concreta en la tríada DEI (diversidad, equidad e inclusión), y el DEI operacionaliza el marxismo cultural (por ejemplo a través de sesiones de lucha llamadas «entrenamientos contra el racismo»).

–¿Cómo podemos evitar que las corporaciones nos impongan su visión del mundo woke?

–Aprobando leyes que lo impidan, y para eso tenemos que elegir buenos políticos, y para eso tenemos que cambiar el clima de opinión.

–De entre las medidas que proponéis para derrotar estos ataques a nuestra forma de vida, ¿cuál te parece que es la más urgente?

–Hacer el DEI ilegal, primero en los estados, y después a nivel nacional. Viola la Constitución de los Estados Unidos.

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