Los 'bouquinistes' del Sena, con Notre Dame al fondo
Los libreros del Sena a los que la París más ideológica no logró expulsar de sus Juegos «woke»
Las autoridades intentaron por todos los medios retirar las clásicas casetas de los «bouquinistes», símbolo clásico de la ciudad, aduciendo toda clase de excusas, pero no lo consiguieron
El Gobierno francés, el ayuntamiento de París y los organizadores de los Juegos Olímpicos quisieron acabar con las legendarias casetas de libros de madera pintada de verde (el tono «wagon» obligatorio) que se apuestan en la ribera del Sena. De las casi 1.000 que existen, las autoridades empujaron para retirar la mitad de ellas con la excusa de garantizar la seguridad durante el desfile de las delegaciones por el río donde decidió morir el temible inspector Javert en Los miserables de Victor Hugo.
Sin los 'bouquinistes', París y el Sena no serían lo mismo
Los libreros se opusieron, casi fortificados tras sus preciosos negocios. Adujeron que esta decisión significaba para ellos una gran pérdida de negocio en un momento culminante, de gran afluencia de público, como son los Juegos. El Gobierno ofreció trasladarles temporalmente, pero sin indemnización ni compensación algunas. Se les ofreció también un espacio provisional en otra parte del Sena, que los valerosos libreros no aceptaron: lo más parecido a un desahucio brutal en diferido.
Patrimonio de la Humanidad
Y mucho más que eso. la Francia más «woke», reflejada en el grotesco espectáculo de la ceremonia inaugural, no solo atentó contra los cristianos, sino contra su propio Patrimonio Cultural Inmaterial y también Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como son las casetas, un ejemplo más del sinsentido. Los libreros instalados de forma fija y oficialmente desde 1859 por reglamentación de la ciudad (aunque históricamente llevan allí de una forma u otra 450 años), han visto pasar casi de forma física los grandes personajes literarios que han erigido París ante el mundo, por dentro y por fuera, desde el mismo Javert a Quasimodo.
Los 'bouquinistes' seguirán estando en las orillas del Sena
Pero la nueva Francia revisionista y moderna, quiso quitar todo eso de en medio para dar paso a las ideas del dramaturgo Jolly, el nuevo modelo de la ideología de género al que los «bouquinistes» del Sena han derrotado. A él y a todos sus valedores, con sus novelas viejas, con sus libros viejos, con la esencia del París esencial que cualquiera diría que quieren borrar pero que, de momento, no lo han conseguido.
