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Taylor Swift durante un concierto

Taylor Swift durante un conciertoAFP

La «señora de los gatos sin hijos» con la que se identifica Taylor Swift y que señala un grave problema

La cantante estadounidense apoyó la candidatura de Kamala Harris y se identificó como «la Señora de los Gatos sin Hijos» como un ataque a los republicanos

El polémico comunicado de Taylor Swift tras el debate electoral entre Donald Trump y Kamala Harris, en el que expresaba su voto a la candidata demócrata a las presidenciales de 2024, tenía una firma llena de intencionalidad.

Swift firmó su comunicado como «Chidless Cat Lady», es decir, la señora de los gatos sin hijos.

En el comunicado Swift defiende las políticas abortistas, woke y la fecundación in vitro, y afirma que votará por Harris por representar la calma frente al caos.

Aunque el texto está escrito con un estilo diplomático, evitando el lenguaje crispado para no ofender a sus muchísimos fans que son votantes del Partido Republicano, Swift no duda en dar un palo a la candidatura de Donald Trump, y lo hace, precisamente, al firmar como «la Señora de los Gatos sin Hijos».

¿Qué se encuentra detrás de esta expresión y por qué es un dardo a la candidatura republicana?

La expresión, en realidad, va dirigida al candidato republicano a vicepresidente, JD Vance.

Durante una entrevista con el presentador de la Fox News, Tucker Carlson, en 2021, Vance afirmó que las mujeres demócratas de la administración Biden eran «un grupo de mujeres de los gatos sin hijos que llevan vidas miserables por las decisiones que han tomado y que quieren que el resto del país sea también miserable».

La clásica imagen de la «señora de los gatos que vive sola sin hijos» –parodiada de forma reiterada incluso en la serie de Los Simpson– remite a la mujer que, por diferentes circunstancias, no se ha casado y ha terminado envejeciendo sola rodeada de gatos adoptados para llenar el vacío ocasionado por la ausencia de familia.

Obviamente, las palabras de Vance desataron una tormenta política de gran virulencia. Se acusó al actual candidato a la vicepresidencia de machista, misógino y de querer reducir a las mujeres a una función meramente reproductiva.

Inmediatamente, las mujeres de la órbita demócrata comenzaron a identificarse como «la señora de los gatos sin hijos», como respuesta a Vance, reivindicando esa imagen como seña de identidad de la mujer feminista y progresista.

Es en ese contexto en el que se encuadra la decisión de Taylor Swift de firmar su comunicado como «Chidless Cat Lady».

Crisis demográfica

Más allá de la polémica política e ideológica, las palabras de Vance pusieron de actualidad un debate al que, a su manera, Swift también ha contribuido,

Tal vez las palabras de Vance hayan sido injustas, están llenas de simplificaciones, generalidades y una ambigüedad intencionada para usar la imagen de la señora sin hijos con gatos subidos hasta en la cabeza como arma arrojadiza contra el modelo de sociedad defendido por la izquierda, no solo en Estados Unidos, sino en todas las democracias liberales desarrolladas.

Es evidente que Vance se refiere a aquellas mujeres –y también hombres– que deciden priorizar su ocio, su trabajo y su independencia a la formación de una familia.

Es un problema de todas las economías desarrolladas que se encuentra detrás de las crisis demográficas y el envejecimiento de la población en esos países.

El alto nivel de vida, el Estado del bienestar, lleva a muchas personas a retrasar cada vez más el matrimonio y los hijos, dedican prácticamente todos sus ahorros anuales a realizar viajes a países exóticos en sus vacaciones y a otros fines de ocio.

Al dedicar sus salarios al ocio, los jóvenes no ahorran lo suficiente para pagar la entrada de un piso o pagar un alquiler, por lo que siguen viviendo con sus padres hasta muy por encima de los 30 años, incluso de los 40. O deciden irse a pisos compartidos como si aún fueran estudiantes, cuando ya tienen edad de tener familias.

Muchas de estas personas deciden formar una familia con una edad ya bastante avanzada, con más de 35 años, cuando ya no hay margen para tener mucho más de un hijo, en un mundo occidental donde los problemas de infertilidad son cada vez más comunes, o han dejado pasar el momento.

En otros casos, ni siquiera se llega a dar el paso de dejar atrás la mentalidad adolescente de vivir para pasárselo bien sin responsabilidades ni obligaciones, y es entonces cuando nos encontramos con una masa de personas con más de 40 años que siguen viviendo como si tuvieran 20.

Gente cuya vida se reduce a viajar de forma obsesiva para dar sentido a su vida, salir de fiesta los fines de semana, enlazar una serie de Netflix con otra…, y adoptar gatos.

Porque, más allá de la parodia, el tema de los gatos (de las mascotas en general) es tan real como triste.

En una sociedad donde los hijos se ven como una carga que impide el ocio, se ha impuesto el tener «gathijos» o «perrhijos». Es decir, mascotas (sobre todo gatos o perros) a los que se les trata como hijos.

Basta con darse un paseo por redes sociales y no resultará difícil encontrar biografías de personas que se definen como «abogada y madre de tres gatos», «viajero y padre de dos perros», y descripciones similares.

Es, en definitiva, la puerilización de una sociedad que, de seguir así, está condenada al naufragio.

Con todo, como ya se ha dicho, las palabras de Vance se quedan en la superficie, son una generalización injusta que no profundizan en el problema real y que, por lo tanto, generan una reacción contraproducente al reafirmar a quienes defienden el modelo de la sociedad pueril sin responsabilidades ni hijos, pero con muchos gatos.

Al fin y al cabo, también son muchas las personas que, por diferentes motivos perfectamente justificados, deciden no formar una familia o, simplemente, no pueden o no han tenido la oportunidad, y tampoco se les debe discriminar ni ridiculizar.

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