La Premio Nacional de Poesía afirma, entre otras perlas, que el Occidente cristiano odia el cuerpo de la mujer
Chus Pato, feminista, nacionalista y comunista, desgrana en una entrevista una amalgama ideológica de difícil calificación, pero de fácil ubicación
Chus Pato es la poeta (escribe solo en gallego) que ha recibido el Premio Nacional de Poesía 2024. Se podría decir que es todo un avance (un nuevo prototipo) en la ideología necesaria para optar a un premio del Estado. Todo un logro en una incalificable escritora política, por supuesto, nacionalista y comunista y feminista, fundadora de Estudiantes Revolucionarios Gallegos, miembro de la Unión del Pueblo Gallego y candidata del Frente Popular Gallego (no confundir, aunque sea de broma, con el Frente Popular de Galicia, al modo de los Monty Phyton), organización de ideología comunista, feminista e independentista.
Con estos méritos, casi cabe pensar que solo le cabía ganar el Premio Nacional de Poesía 2024, el año en que los premios nacionales han virado definitivamente hacia la ideología pura y dura y radical. Otro de los aspectos más llamativos es que la nueva Premio Nacional de Poesía escribe en prosa. Eso sí que es modernidad. Ya ni siquiera los premios se entregan por el género que les corresponde. El relativismo alcanza hasta a las bases. Quizá haya que comprobar los demás. Quizá el de literatura lo gane un grafitero. Al tiempo. El caso es que Chus Pato ha dado una entrevista a Público y en ella se define (o se «desdefine» o no se sabe qué). Pato es profesora de Geografía e Historia de Secundaria. Es decir, que da clases a adolescentes con toda esa ideología (o lo que sea) a cuestas.
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Frases como perlas cultivadas que hubieran hecho renunciar al mismísimo John Steinbeck a su librito maravilloso (La perla) por la simple coincidencia de los términos. Por ejemplo, dice que «La cultura occidental cristiana se lleva mal con el cuerpo porque es misógina y tiene un odio visceral al cuerpo de las mujeres» y que las nuevas tecnologías atacan más el cuerpo del hombre que el de la mujer. ¿De qué habla? ¿De qué planeta viene, cabría preguntarse sin ningún ánimo doctrinal? Premio Nacional de Poesía y profesora de Educación Secundaria, que es lo más importante. Pobres chicas, y chicos, de quienes dice que se creen «máquinas de reproducción superiores». ¿Será posible? Lo es.
Lo peor es dar voz a este tipo de cosas, pero ya que el Ministerio de Cultura ha abierto la veda, por lo menos habrá que detallar para no caer en generalidades que desde luego no lo son, casi se diría que tampoco alcanzan el rango de particularidades, sino de monomanías: «El patriarcado nos ordenó una posición de dependencia, nunca de primer plano, y ser un cuerpo reproductivo. Para eso tiene que controlar nuestra capacidad mental y corporal. Ser mujer es ser fiel a esa esclavitud, de lo contrario estás yéndote para el otro lado (...) Ser feminista para mí es ser fiel a eso, no para reproducirlo sino para desblindarlo...».
Premio Nacional de Poesía y profesora de Educación Secundaria. No por repetirlo varias veces va a dejar de serlo, pero quizá repitiéndolo varias veces, más personas se den cuenta del desvarío que se abre paso en la cultura, impulsado a nivel gubernamental. Pato dice que en su escritura no pesa la escritura de género , que no hace «didáctica» a pesar de que lee ensayo feminista desde que estuvo a su alcance. Escribió «que vivíamos en Auschwitz y el modelo del campo de concentración era el modelo social del capital», y que «nunca» creyó «al cien por cien» en sus poemas y ahora no le queda más remedio. Pero no hace didáctica. Menos mal. También dice que las mujeres escriben «desde el lodo. Pero sabemos que la mudez es un valor. Miramos el mundo desde ahí y eso es una ventaja. Ahí quiero permanecer». No se entiende nada, pero está perfectamente explicado.