Urtasun habla de «respeto» mientras premia con 30.000 euros un cómic que mezcla las drogas con la Comunión

No se puede ganar un premio de cultura otorgado por el Estado sin el correspondiente canon. Dicho pago es el tributo obligatorio a lo woke, que si no es la apología de los «nuevos valores», es la ofensa de los antiguos. Muchas veces son ambas cosas, como en el caso del Premio Nacional de Cómic 2024, uno de los géneros favoritos del ministro Urtasun, de los que desde el primer momento apoyó por encima de otros más «clásicos», como corresponde a un político que apuesta por los «nuevos formatos» en todos los ámbitos.

El ministro de Cultura se ha deshecho en elogios hacia la obra en cuya portada aparece una niña o mujer (el dibujo no es demasiado preciso en este aspecto) con aspecto virginal recibiendo la Comunión. Lo que ocurre es que no se trata del Cuerpo de Cristo lo que recibe de la mano del supuesto sacerdote, del que se aprecian unas casi claras mangas del alba con el que celebra el oficio religioso, sino de una pastilla bicolor.

No es el primer elogio, ni el primer premio que recibe el cómic de Lema, publicado originalmente en la Francia donde se burlan oficialmente de la religión cristiana (véase la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos), pues El Cuerpo de Cristo, titulado Cosas malas que decir en el país vecino y recibidor de múltiples premios en él y en Canadá, país francófono de sobresaliente cultura «woke». Así que llega tarde Urtasun en el elogio, pero a tiempo para sumarse al desprecio.

Destaca el ministro en su mensaje en X «la sensibilidad y el respeto que Bea Lema dedica a la salud mental y a la reivindicación de los cuidados en 'El Cuerpo de Cristo'», pero ninguna sensibilidad, ni ningún respeto muestra por los sentimientos de los cristianos, precisamente al hablar de respeto y sensibilidad en un tema donde obvia el sentimiento cristiano, donde se sustituye el Cuerpo de Cristo por un ansiolítico, o quizá algo más fuerte.

Fuerte, desde luego, es que un gobernante se muestre tan completamente ajeno a la piedad de una parte importante de sus gobernados con un mensaje que por el olvido y la impepinable indirecta ofende de una forma nunca antes vista. Es el mismo gobernante que admite públicamente que eliminar los delitos contra los sentimientos religiosos protege la libertad de expresión. Y también «la creación de los artistas».

Sentido y sensibilidad

Pero solo de ciertos artistas, que es donde siempre está el quid de la cuestión. Esos artistas que cumplen con el sesgo necesario de la izquierda radical, el requisito esencial para recibir los premios culturales del Estado y también para despertar la sensibilidad de Urtasun que no es precisamente la sensibilidad de Jane Austen, ni tampoco su sentido.